viernes, 20 de septiembre de 2013

Activista de la Flamur, será llevada a los tribunales


En espera de un juicio oral  por  no pagar una multa de cinco mil pesos en moneda nacional y realizar actos públicos de desobediencia civil, se encuentra  la señora Nery Castillo Moreno, delegada de la Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales (FLAMUR) en el municipio capitalino San Miguel del Padrón.  
¨La acusación inicial era por ¨peligrosidad social¨, relata Nery. ¨Al no tener pruebas contra mi persona, optaron por aplicarme un cambio de medida¨.  ¨Todo fue un acuerdo entre la seguridad del estado y la policía del municipio para silenciar el trabajo de la FLAMUR. ¨ Pero yo seguiré trabajando con mi organización hasta que Dios quiera.¨ concluyó.
En la mañana del pasado Viernes 13, la policía efectuó un registro en su vivienda ubicada en el poblado de Cambute del citado municipio. En el mismo participaron funcionarios del Comité de Defensa de la Revolución, las Brigadas de Respuesta Rápida y oficiales de la seguridad del estado.
En el registro se cometieron irregularidades, al no estar presentes los dos testigos como lo aprueba la Ley. En el mismo fueron decomisado libros Martianos, de los Derechos Humanos, la biografía de Martín Luther King, una Constitución del 40 de la República de Cuba, Biblias y la Ley de Culto de Asociaciones Religiosas del gobierno cubano. Además de una computadora y una impresora.
La policía esposó a  Nery Castillo en presencia de su hijo y demás familiares, al negarse a cooperar con el registro. La misma fue llevada en el  auto patrullero No 606, hacia una  unidad de instrucción penal en la calle Dragones del municipio  Habana Vieja. La opositora estuvo doce horas encerrada en los calabozos. La policía le  tomó fotografías, las huellas dactilares y le confeccionaron un  expediente de alta peligrosidad.

 En horas de la noche fue puesta en libertad, con la amenaza de ser condenada a cuatro años de privación de libertad por desacato a la figura del ex comandante en jefe Fidel Castro y por alteración  del orden público.

Por Mario Hechavarria Driggs, periodista Independiente.

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