viernes, 30 de septiembre de 2016

Aumenta el consumo de alcohol entre la juventud

Aumenta el consumo de bebidas alcohólicas entre la juventud cubana.  
Todas  las noches es frecuente observar en  el malecón habanero a grupos de jóvenes sentados  en torno a una botella de ron. Por  el litoral habanero hay veintidós centros comerciales que venden bebidas alcohólicas a cualquier hora.
Las autoridades vinculan  la creciente adición alcohólica a la influencia familiar.  El  doctor en psiquiatría Rolando Claro Miranda, asegura que una de las  causas es el estado de frustración que tienen los jóvenes cubanos.
“Muchos jóvenes vienen a mi consulta en el Hospital Calixto García y me dicen  que  beben  para no pensar.  Eso es muy peligroso porque  no se tiene control sobre los límites en el consumo de bebidas y  rápidamente se  convierten en adictos de esa droga. Al gobierno le conviene que los jóvenes se encuentren siempre bajo los efectos del alcohol, para que no se den cuenta de la caótica situación política, económica y social por la que atraviesa el país" Concluye  el doctor  Rolando  Claro Miranda.
 
Por Mario Hechavarria Driggs
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miércoles, 28 de septiembre de 2016

Cierran la calle en señal de protesta


 Los damnificados de un derrumbe en la calle Luz 457 / Egido y Curazao de La Habana Vieja, cerraron la calle con sus muebles,  protestando   porque el gobierno no los estaba  ayudando.
  Estaban desde la madrugada del sábado  en las calles al  desplomarse el  techo de  las viviendas. Hasta el momento  ningún l funcionario de la Dirección Municipal de la Vivienda,  se   había  presentado en el lugar.
“Solamente vinieron los bomberos,  nos  ayudaron  a sacar los muebles. Hasta el momento  no  ha  venido nadie del gobierno para saber de nosotros”  Explicaba  un señor, llamado Ramón Frías Lago.
“Estaremos en la calle con nuestras  bultos  hasta que algún funcionario  venga    conocer  por lo que estamos pasando”.
Al mediodía  llegó un auto patrullero, ordenando    que se  retiraran los muebles del  de la calle, de no hacerlo se  los llevarían presos para la unidad.   
Los damnificados   tuvieron que esperar hasta la mañana del domingo  a que un camión del Poder Popular se llevará   los muebles  para  un albergue comunitario de la calle Jesús María. 

por Mario Hechavarria Driggs  

La Virgen de la Merced salió esta vez a las calles.

La noticia de este 24 de septiembre, onomástico de la Virgen de la Merced es que al menos las autoridades gubernamentales permitieron la salida a las calles de su blanca imagen inmaculada, seguida por miles de fieles desde la Iglesia que lleva su nombre en la Habana Vieja.
El suceso no ocurría desde hace décadas, antes solamente lo permitieron a Nuestra Señora de La Caridad, Patrona de Cuba, prohibiendolo recientemente cuando los devotos quisieron llevar en procesión  a la madre negra de Cristo, adorada en el país bajo la advocación de La Virgen de Regla, identificada como Yemayá dentro  la religión Afrocubana.
Era notoria la abultada presencia de policías, junto a miembros de la seguridad del estado,  listos ante cualquier manifestación presumiblemente opositora al gobierno.
 En particular la Virgen de la Merced es también Patrona de Barcelona España,  suele identificarse entre los cubanos en su calidad de protectora de los presos  y  demás personas reprimidas autoritariamente.
La Iglesia de La Merced califica  joya de la ciudad dadas sus decoraciones pictóricas, donde sobresalen figuras ilustres de la plástica nacional: Esteban Chartrand, los hermanos Petit y Leopoldo Romañach entre otros, además de una impresionante iluminación,  así como de un altar y un retablo ricamente decorados.
Los fieles no podían definirse a primera vista en su condición de católicos o creyentes de la santería. No faltaron mendicantes, además de una pléyade de vendedores—estatales o cuentapropistas—, ofreciendo velas, flores,  alimentos ligeros y hasta agua para beber a las miles de personas en tránsito permanente.
Un joven seminarista católico, auxiliando a los diáconos ante largas filas esperando la bendición, recordó el clamor de sus compañeros de estudio un año atrás ante el Papa Francisco  de visita en La Habana:
"Lo que nos une es la esperanza de un futuro de cambios profundos para Cuba, donde nuestro país sea un hogar que acoge a todos sus hijos piensen como piensen y estén donde estén".

Por Mario Hechavarria Driggs


miércoles, 7 de septiembre de 2016

Remozan los leones del Prado

Los ocho  leones  de bronce  ubicados en el  paseo del Prado  de la Ciudad de La Habana  son remozados por la Oficina del Historiador de la Ciudad.
Los   trabajos comenzaron el  1 de Agosto y  terminaran la próxima  semana, esto  lo dice el maestro restaurador, Ignacio Carmines.
“Los leones se cubren con cintas de  yeso, luego se  limpian  cuidadosamente. Es un trabajo  minucioso,   se hace para  evitar  la corrosión. La humedad y la contaminación ambiental están  dañando   el bronce”.
 Según explica Ignacio,  la Oficina del Historiador tiene pensado restaurar   todo el Paseo del Prado. 
 “Quieren pulir el suelo, los asientos de mármol,  quitar los árboles enfermos y  sembrar nuevos. Se quiere devolver al Paseo del Prado su antiguo esplendor”.
 Construido en el año 1772 bajo el gobierno colonial del Marqués de la Torre, Capitán General de la isla.  Según el historiador de la ciudad señor Eusebio Leal Spengler,  Cuba era  en aquellos tiempos,   una de las colonias españolas más florecientes de América.
El primer nombre del Paseo del Prado fue  el de “Alameda de Extramuros o de Isabel II”, por hallarse afuera de las grandes murallas que cercaban la ciudad.
 Con la intervención norteamericana en el año 1902 se lleva a cabo su reconstrucción, y el cambio de nombre a Paseo de Martí, en honor al apóstol de la independencia de Cuba, aunque el pueblo le siguió llamando "El Prado", por costumbre y por la gran semejanza que tiene con  “El Prado  madrileño”.


 Por Mario Hechavarria Driggs
Una gruesa  rama de un árbol  cayó   sobre un  bicitaxis que transitaba por la calle San Juan de Dios de la Habana Vieja. El cochero llamado Raúl  Alonso,  recibió una  herida en la cabeza.  El pasajero,  una  estudiante de medicina,  recibió  arañazos   en el rostro y la pierna.
Ocurrió en la mañana del viernes, el bicitaxis transitaba por la calle  San Juan de Dios y al pasar por el   parque con el  mismo nombre  de  la calle, recibió el fuerte impacto de la rama en el techo.
Inmediatamente varias personas  socorrieron al conductor,  llevándolo para el cercano  policlínico Tomas Romay. En dicho lugar fue   atendido por  la doctora Rosa Maria Lauden. Este galeno considero darle  siete puntos en la cabeza al cochero.
La estudiante de medicina llamada  Leonor, no quiso ser atendida,  pues considero que  sus lesiones no eran de importancia.
La rama del árbol que cayó sobre el bicitaxis  era de gran tamaño. Su impacto daño la puerta de cristales de una vivienda de la acera de enfrente.
En el tiempo de ocurrido el accidente, aproximadamente dos horas  ningún funcionario del orden público se presento en el lugar. Fueron los vecinos de la zona  los que quitaron  la  rama de la calle permitiendo el paso de vehículos y peatonal.


Por Mario Hechavarria Driggs 

Feria Agropecuaria en la capital

La calzada de Zanja amaneció en el primer domingo de Agosto, mostrando la obligada  feria agropecuaria mensual de Centro Habana. Al rayar el sol, inspectores al por mayor, carpas de la gastronomía estatal a la derecha desde la calle Hospital, a la izquierda los vendedores de algunas viandas, frutas, especias y demás vegetales frescos.
En Cuba es regla, así lo advierten: “Si quieres comprar algo bueno, ve temprano a la Feria, después del mediodía rastrojos”. Las fotos a las diez de la mañana valían para Granma, una visita pasadas las dos de la tarde era apta tratándose del periodismo alternativo en busca de la verdad:
El sol empujaba contra la escasa sombra de la acera a los vendedores aún resueltos a terminar el día, quedaban patas de cebollas del tamaño de una bola de billar, a 40 pesos el enganche que no llegaba a 20 ejemplares; cabezas de ajo de similar tamaño y precio; yucas, las mejores, a 3 pesos la libra, casi igual a lo servido por el mercado ajeno al tope estatal de precios.
La única carne posible, el cerdo, era monopolio estatal, con números que esconden la manipulación nunca acabada contra los clientes: “La pierna y el lomo a 21 la libra, si lo desea bistec limpio, a cuarenta”— explicó un carnicero con su temible cuchillo en mano, no tanto por poseer un arma letal, sino por la diferencia de precios—comprar barato es llevarse el gordo y los huesos— aclaró una señora calculando las «amables» ofertas.
A las tres de la tarde no había inspectores disponibles a pie de venta, realmente no hacían falta porque las únicas colas persistentes estaban vinculadas a la papa, producto «sagrado», vendido a un peso la libra, bajo estricta vigilancia.
“Del lobo un pelo”—dijo un señor sudoroso, con más de veinte personas antes que él en la fila—“dan lástima, sucias, podridas, meten el plato de la pesa sin discriminar, ahí van algunas buenas, otras regulares y las malas. Lo tomas o lo dejas, a esta hora no se puede escoger”— A su lado comentaron: “Damos lástima nosotros aquí esperando como corderos.”
Había góndolas repletas de papas, en puntos donde nadie hacía cola: ¿Regalo inusitado?, al preguntar, el dependiente respondió: “Busque a su gusto, hay que tener corazón para escarbar en esa carga de pudrición.”
La tarde avanza al compás de las moscas invadiendo el cerdo fuera de refrigeración desde la mañana, algunos mostradores ofrecen decenas de cabezas peladas de carneros que nadie desea comprar, tal vez dedicados a ciertas ofrendas religiosas populares entre los cubanos.
Antes la feria agropecuaria de la calzada de Zanja-Centro Habana-, ocupaba hasta ocho cuadras repletas a ambos lados de la vía, ahora son cinco, donde abundan los espacios vacíos.
Lo poquito de bueno quedó en frijoles colorados y bayos a 11 pesos la libra y, bonita sorpresa, pasta de tomates concentrada, 3200 gramos, con etiqueta, referencia para reclamar su calidad y a 90 pesos moneda nacional, casi la mitad de sus similares en las tiendas recaudadoras de divisas. Vale “La Esperanza”, marca registrada de una mini industria no gubernamental.
Después de tantas promesas, esperando la rebaja de precios acompañada de una oferta variada y satisfactoria, sólo nos queda eso, La Esperanza.

  
Por Mario Hechavarria Driggs