Desde el pasado mes
de Agosto se realizan reparaciones en las conductoras de agua
potable, gas manufacturado, aguas albañales
y líneas eléctricas del casco histórico de la capital. Sin embargo
los atrasos en la entrega de
materiales, la falta de estímulo
monetario y el desconocimiento de los ingenieros, que no saben por dónde pasan
las líneas eléctricas soterradas, hacen
que el trabajo se realice
con mucha lentitud, creando malestar en la ciudadanía.
Ramón Soler Galindo,
ingeniero de la empresa eléctrica,
manifestó, que lo más difícil es encontrar y levantar las líneas eléctricas, ya que
los planos se encuentran en los Estados Unidos. Fueron los americanos los que hicieron este
trabajo en el siglo pasado. Ramón dice,
que debido al número creciente de hoteles y tiendas construidas en el
municipio, y el aumento de la población,
las líneas no pueden soportar la demanda.
En el casco
histórico, se está votando la basura
en las zanjas por donde pasan las tuberías y los cables, creando una
situación que pudiera desembocar en
brotes de enfermedades. Se conoce de lamentables accidentes de personas que han caído en los huecos, sufriendo severos daños.
Por otra parte la
oficina del historiador de la ciudad, que dirige el señor Eusebio Leal, no quiere pagarles a los trabajadores de la construcción una parte de su sueldo en
moneda convertible. A pesar que les
exige trabajar hasta altas horas de la noche, sábados y domingos. Esto ha motivado que el trabajo en el casco
histórico se realice a paso de tortuga y
sin calidad.
Por
Mario Hechavarria Driggs, periodista Independiente
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