En las ruinas
del “Bar Maravillas”, en la calle Villegas 247 de la Habana Vieja, los gatos tienen un pequeño
refugio.
Cerca de cincuenta felinos reciben la atención y el cariño de una señora llamada Ondina Santana, que los alimenta y cuida, siempre con la ayuda
de Dios, y de algunos turistas que pasan
y dejan algún dinerito,
según dice esta benefactora.
“Hace tres años que comencé a recoger gatos, me daba
pena como se morían
de hambre y como algunas personas los
maltrataban”. Explica Ondina.
La “señora
de los gatos”, como ya la llaman los
vecinos, dice que en dos ocasiones la policía le ha dicho que van apresarla para enviarla al Hospital Psiquiátrico.
“Me han
amenazado con matar los gatos y amarrarme
y llevarme para el Psiquiátrico, pero yo no tengo miedo y no estoy loca, soy una jubilada, me
gustan los gatos, además siempre hay alguien un angel bueno que me defiende”.
Por :Mario Hechavarria Driggs
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