Manolo
Cordoví aceptó contar su último avatar con el dinero que lucha
día a día vendiendo en la calle lo que aparece: “Me gané unos
pesos con el queso fundido y los huevos, llevándoselo a la gente
hasta su casa. Sucede que unos te pagan con pesos cubanos y otros con
los convertibles, y hay quiénes combinan ambas monedas para hacer el
completo.”
¿Entonces
todo te fue bien? Pregunta el cronista: “de primera si, luego fue
el problema cuando fui a la bodega llamada “El
Diluvio”
a comprar cigarros, el bodeguero se negó rotundamente a aceptar
CUC—pesos convertibles—, dice que si lo coge un inspector con CUC
en la caja le imponen una multa.”
Ciertamente,
incluso hay bodegas donde han colgado carteles advirtiendo Aquí
no se reciben CUC. Al
preguntarle al dependiente, Alejandro, muy amable, aclara: “La
ley no permite recibir los convertibles, si los tomas es a riesgo y
tienes que contar con el cambio por si aparece la autoridad. Nosotros
tenemos escaso movimiento de dinero, casi no se vende nada en el día,
por tanto, ¿de dónde vamos a sacar el cambio de 25 nacionales por 1
CUC?
Sin
embargo, ahí mismo viene la paradoja, por costumbre, la población
llega incluso a llamarle dólares a estos “convertibles” de
fabricación nacional, equivalentes en regla a un dólar de los
Estados Unidos. Tanto la llamada “moneda nacional” (CUP) como el
CUC son emitidos por el Banco Central de Cuba, por tanto son
legítimamente monedas nacionales.
Lo
absurdo de la situación de esta doble circulación de monedas llega
al clímax cuando se trata de efectuar el cambio de los CUC por CUP
para evitarse el dilema de los bodegueros o perder dinero si se
intenta realizar la operación en la calle, bajo riesgo de estafa,
intervención policial o cuando menos, quiénes aceptan cambiar
rebajan de 24-25 a 23 por cada convertible, aludiendo que “están
a riesgo y además, se trata de hacer un favor.”
Se
supone que el estado debe mantener una red de casas de cambio
(CADECAS) para efectuar el trueque legalmente según la tasa oficial
y con seguridad. Sucede que la red de CADECAS ha disminuido
notablemente, en Centro Habana, populoso municipio a medio camino
entre El Vedado y La Habana Vieja, no hay casas de cambios, de 6
existentes años atrás, la única sobreviviente—Belazcoain y
Salud— fue cerrada el mes pasado “por
reparaciones”.
¿Qué
hacer? La tapa al pomo puede ser lo sucedido a un señor que intentó
comprar, bajo receta médica, varias tiras de un medicamento
altamente solicitado y muchas veces en falta: Aciclovir. En tabletas
o en pomada, es imprescindible para el tratamiento del molesto y
peligroso Herpes Zoster, en Cuba conocido como “la culebrilla.”
El
hombre sacó de su cartera el dinero correspondiente, la mayor parte
de CUC y completaba la cifra con moneda fraccionaria en CUP. La
dependienta se negó argumentando la consabida cantaleta de los
inspectores y las multas. El señor, serio, sin alterar la voz pero
con absoluta determinación, ofreció su documento de identificación
a la vez que guardaba los medicamentos en su bolsa:
“Pues,
de acuerdo a las tasas de cambio, no debo nada en este lugar. Me
llevo mi medicina, allá ustedes con las dos monedas, total, ambas
son tan cubanas como yo. Cualquier cosa envíe la policía a mi
casa.”
Entre
tanto, el pueblo se exaspera ante el anunciado proceso de unificación
monetaria que no acaba de llegar. Manolo termina diciendo: “Me da
lo mismo pagar 1 CUC ó 23 pesos al cambio callejero por tres cajas
de cigarros suaves. En definitiva, el gobierno no va a rebajar el
precio de las monedas. Esto no cambia y La
Vida sigue igual,
como decía Julio Iglesias”
Por Mario Hechavarria Driggs
53 5302 6064
No hay comentarios:
Publicar un comentario