Un jubilado de las
Fuerzas Armadas Revolucionarias pide
limosnas en las puertas de la Catedral de la Habana porque según afirma, su jubilación
no le alcanza para vivir.
Ramón Medina Criollo se
retiró de las FAR en el año 2002 con el
grado de teniente coronel. Cumplió misiones internacionalistas en tierras de
Angola y Etiopia y recibe una pensión de 350
pesos mensuales equivalentes a 14 pesos convertibles.
¨Mi retiro es una mierda, no me alcanza para
comprarme un pantalón ¨ .¨El dinero
se me va en comida y me dura una semana.¨
Tengo que pedir dinero para vivir y la vida está muy dura¨. Se lamenta Ramón
¨El coronel¨ como le
llaman sus amigos, visita todos los domingos la Catedral de la Habana para sentarse
en unas de sus puertas y pedir dinero con una jícara en la mano. Algunos turistas le regalan monedas
y pesos convertibles que luego las cambia en un
Banco cercano.
¨Una vez un Yuma
(norteamericano) me regaló veinte fulas (dólares) ¨. ¨Ese es
el mejor turismo el de los yumas¨. Dice Ramón ¨Al cura no le gusta que pidan dinero, te llama
la policía, pero si tu sueltas
uno o dos fulas los guardias te dejan tranquilo y el cura también¨.
Junto con Ramón se
sientan otros ciudadanos en el mismo estado de indigencia. Indagar sobre el pasado de estas personas es interesante:
Silverio Portales ex atleta del equipo provincial de boxeo, ahora vendedor ambulante de Ron casero,
conocido como Chispaetren y adicto a los psicofármacos.
Carmen María fue trabajadora de playa
Varadero, ella es adicta al crack o Piedra. Esta droga se
elabora con agua, cocaína y bicarbonato de sodio, su consumo ha crecido en la capital.
Carmen se prostituye para comprarla
a 10 pesos convertibles.
Guillermo combatiente de la guerra
de Angola, hundido en el alcohol pide limosnas por las calles para alimentar su
vicio, su familia no lo soporta, no quiere saber de él.
La lista es larga y
diversa. Basta un análisis caso a caso para corroborarla, anteriormente tal
fenómeno no era visible en nuestra ciudad.
¿Qué pudo sucederle a seres humanos trabajadores,
responsables, llenos de vida, para terminar de tal manera su existencia?
Nuestros indigentes son víctimas, representan a los inadaptados
ante la difícil situación que vive hoy
Cuba.
Por Mario Hechavarria Driggs, periodista Independiente
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