Desempleados
ocupan   los  portales 
de la Habana Vieja  para vender lo que tienen y poder  comer.  Estas personas  son el  resultado   del
llamado plan de reordenamiento laboral,  implementado
por el gobierno  dejando sin trabajo  a miles de trabajadores. 
En
la calle Corrales se puede verse  a estos
 “trabajadores de la economía informal”,  que pugnan  por liquidar toda una gama de productos  que van desde los de  uso personal, hasta religioso. 
Caminan
 por toda la ciudad  sin necesidad de tener  un local específico, ofertando  mercancía a bajos precios. El estado no
permite que se instalen en pequeños Kioscos o que pongan una mesa para exponer sus
productos.  
Algunos
 dicen que la policía se hace de la vista
gorda porque recibe sobornos de los muchos  que se dedican a este negocio.  
La
 venta  ambulatoria  se ha 
expandido  por  lugares públicos, como    hospitales, terminales de pasajeros, escuelas
etc.  Su sola  presencia 
se ve   problemática y molesta  porque no 
pagan  impuesto al estado, como  hace él cuenta propista legalizado.
Sin
embargo, los bajos precios y el fácil acceso a sus   productos
que    hacen de él una alternativa rentable y eficiente
para gran parte del mercado consumidor. 
Por Mario Hechavarria Driggs/Hablemos Press
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