La escasez de almohadillas sanitarias en la
red de farmacias genera  malestar en la población
femenina de la capital,  obligada  a utilizar  trapos y otras cosas en su menstruación. Hace
dos meses que la llamada íntima “Mariposa” no se vende  en  la
Habana Vieja.
 El estado  le  asigna  a cada mujer un paquete con  doce almohadillas   por mes,
 vendido en la farmacia  a un peso con veinte centavos con  la libreta de abastecimiento. Esta asignación
es considerada insuficiente para la mayoría de las féminas. 
En
la misma farmacia se puede comprar  por
la “izquierda” a quince pesos moneda nacional y el  paquete 
de algodón con valor   de ochenta centavos, se  vende  a
veinte pesos. 
En
las tiendas recaudadoras de divisa las almohadillas procedentes de los Estados
Unidos  se venden a   dos pesos 
convertibles.  En esas tiendas se  pueden comprar tapones higiénicos,
almohadillas  desechables  hasta  re utilizables de marcas capitalistas.
La
 trabajadora que depende de su  salario y no recibe ayuda monetaria   del  exterior  tiene que 
buscar las  variantes  antes dicha  para cubrir 
este proceso   biológico. 
Por Mario Hechavarria Driggs, periodista Independiente.

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