miércoles, 1 de febrero de 2017

Turistas norteamericanos chocan con la realidad cubana.

Una familia  de turistas norteamericanos  protestaron ante un policía, cuando repartían artículos de vestir a los presentes de  la habitual  "peña deportiva” del capitalino Parque Central.
En particular, el señor Eliot Mackenzie junto a su esposa Anna  e hijo Daniel, se molestó porque al regalarle un par de zapatillas deportivas marca New Balance a un joven llamado Yosbani, llegó un uniformado solicitando el carnet de identidad  al joven favorecido,  además de quitarle las zapatillas, acción típica de las autoridades para intimidar cualquier vínculo entre la población local y los extranjeros.
La reacción general fue de solidaridad con el interpelado, en tanto el norteamericano remarcó su total derecho a regalar sus pertenencias a quien deseara, esta vez acompañó la acción regalando billetes de 10 dólares, a los presentes. 
Finalmente al  policía 000231 no le quedó más remedio de abandonar  el parque  ante la firme protesta de los allí reunidos.
En la Peña, un señor llamado  Julio Pablo Almirez, después de aceptar  alegremente los 10 "fulas",  realizó  el siguiente  comentario: “Yo rento mi casa a turistas en el barrio de Jesús María. Los norteamericanos son muy dadivosos e  independientes, no aceptan que violen sus derechos.”
Felipe Romero, conductor de Bicitaxi, amplió el tema con sus experiencias: “Los "yumas americanos" son muy buenos  en eso de pagar y hacer regalos. Les gustan caminar  por la Habana,  cogen    Bicitaxi,  coco taxis, hasta  carros americanos viejos, nada de lujos aunque anden forrados de billetes".
Por su parte el  portero del hotel Inglaterra, Rogelio Torrado,  intervino diciendo que el turismo americano  aparece catalogado por el Ministerio del Turismo, como los  mejores clientes en cuanto a propinas, simpatía y  buscadores del servicio de calidad. Ellos se interesan mucho en la realidad cubana, por eso  conversan con el cubano de a pie".
Los comentarios apuntan a un turismo diferente en sus modales, muy apegados al cubano, sin inhibiciones, lejos de los hoteles. Pagan al contado, no regatean. De acuerdo al autoritarismo vigente, que heredó una seudo cultura de dirigirlo todo, especialmente la estancia de los extranjeros, los norteamericanos resultan  ser muy apreciados  aunque la sonrisa hipócrita acompañe el "welcome gubernamental".

Por Mario Hechavarria Driggs/ móvil: 53  5 302 6064



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