“La última persona fue una muchacha de
Guanabacoa, dicen que con cierta carga
mental negativa”-cuenta el vendedor de periódicos- “cogió al marido con su hermana
y no pudo más, se lanzó desde el quinto balcón. Por mi cuenta pasan de diez los
casos y yo llevo años en este lugar.”
Sucedió la semana pasada en el edificio de
Zanja, entre Hospital y Espada, la entrada es por la otra calle, los suicidas
utilizan el balcón colectivo, junto a la escalera. El señor Rodríguez Blanco,
jubilado, recuerda episodios anteriores:
“Papito le decían, vendía panes con
tortillas en la calle, vivía en Sitios y Retiro, su familia en el extranjero, no le escribían,
no lo atendían, la soledad. Una mañana bien tempranito subió pisos arriba y
cuando la altura era buena, se tiró y se mató. Ese mismo día, al caer la tarde,
otro hombre, de Cayo Hueso, de ahí por el parque Trillo, terminó matándose al
tirarse desde la altura.”
La cifra tétrica va por tres, pero hay más
en la tragedia, tal vez otro registro para guardar, cuenta un ex marinero de la
desaparecida Flota Cubana de Pesca: “Ahora piso tierra firme sin trabajo porque
vendieron como chatarra casi todos los barcos. Aquí estaba con mi caneca cuando
cayeron de allá arriba dos casi al mismo tiempo, eran homosexuales, se mataron
juntos.”
Sin ánimos de sumar, llegamos a seis con
el testimonio de una señora que acompaña al hombre del Kiosco: “Mi padre
también acabó con su propia vida, tenía 72 años, cáncer de garganta, lo
atendíamos, él se consideraba una carga. Cuba no es fácil, regalos a los
médicos, la comida y las medicinas
acaban con cualquier ingreso familiar. Esperó a que nadie lo vigilara, sentado
de espaldas en la baranda del balcón 8vo piso, voló al otro mundo.”
De seguir recordando, los números de
muertes auto infligidas en el mencionado edificio son mayores, sin agregar
otros testimonios relacionados con espacios vecinos.
Los suicidios en Cuba pasaron de 2000 al
año durante la década anterior, de
acuerdo a la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI),
estabilizándose posteriormente en unos 1500, aunque se conoce que muchas
muertes de este tipo no se reportan como tales a la hora de firmar los
certificados de defunción.
Psicólogos y Psiquiatras andan
desesperados, la Dra. En Ciencias Médicas Ileana C. Gorguet Pi recomienda:
“Aceptar los acontecimientos imprevisibles. Que haya cooperación y mecanismos
de afrontamientos positivos ante situaciones críticas, ya que la familia ha
resultado ser el grupo de apoyo más consistente frente al estrés.” (De su
Libro: ¿Cómo evitar el suicidio?,
pág., 97)
La estructura prefabricada, 12 plantas tipo yugoslavo de los años
ochenta, sigue ahí, la desesperación asecha al cubano, el trágico resultado de
hoy está por crecer mañana.
Por Mario Hechavarria Driggs
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