miércoles, 2 de marzo de 2016

Entrenan públicamente a grupos de respuesta rápida.

El área de concentración estudiantil del Pre Universitario José Martí de La Habana Vieja, sirve como base de entrenamiento para decenas de activistas de los llamados “cuerpos de respuesta rápida” ante actividades llamadas aquí “contrarrevolucionarias”, según pudo apreciarse este Viernes 26 de Febrero.
Algo más de 50 personas, con pantalones verdes olivo, respondían a las instrucciones de un profesor de Kárate ataviado con su indumentaria profesional, gritos acompañantes según el ritual de las artes marciales, ante la mirada curiosa de los transeúntes.
Un ciudadano junto a su moto Suzuki, símbolo casi seguro de pertenencia al Ministerio del Interior, comentó sonriente que: “estamos listos para cualquier emergencia, viene Obama y trae su propio ejército, pero aquí el pueblo manda, no vamos a perder el control de la situación.”
Se prevé un aumento significativo de las actividades opositoras, así como de la represión contra estas acciones, basta señalar que el 2015 superó las 8600 detenciones en las calles tratándose de los disidentes y enero del 2016 cerró con otros 1600 arrestos.
Obama es querido en el país, las opiniones populares  hacia el primer presidente de piel oscura de los Estados Unidos expresan sincera consideración y hasta euforia, casi mística, hacia el hombre que ha dado pasos  nunca antes esperados en cuanto a favorecer a los cubanos. La gente siente que el asunto está aquí adentro y no allá afuera.
El temor de perder ese acostumbrado apoyo popular, al menos mostrado durante decenios en las manifestaciones de la era Fidel, llevó al actual mandatario, Raúl Castro, hasta Santiago, donde la falta de cosmopolitismo que está presente en La Habana, le otorga mayor favor de la gente.
El régimen no parece confiar en los habaneros, la ingenua espontaneidad de los orientales residentes en su territorio carece de igual respuesta en la capital. Las brigadas, grupos, cuerpos de respuesta rápida, funcionan con la imagen de acción popular, pero no es cierto, basta un fragmento de la crónica de Yania Suárez, un domingo de octubre, junto a las Damas de Blanco:
“No anduvimos más de cien metros, de cualquier manera: al llegar a la esquina de 3ra y 26 ya nos esperaba un despliegue policial inmenso de guaguas, patrullas, motos… y una turba vestida de civil que salió por la derecha y se nos unió a todo galope. Tenían tipo delincuencial. No llegaban allí para gritar consignas, sino para reprimirnos y arrestarnos con violencia. Dicen que son paramilitares, policías disfrazados. Obviamente siguen órdenes que vienen de algún lugar y no es el pueblo: la gente del barrio miraba con curiosidad desde la distancia.”
Paramilitares, policías uniformados o de civil, grupos entrenados por karatecas profesionales, el gobierno no acepta riesgos ante la innegable popularidad del presidente norteamericano que nos visitará y organiza todos los medios humanos posibles para no perder el control de las calles.
La reportera citada escribió meses atrás en Diario de Cuba, luego de ser arrestada y golpeada por esos supuestos representantes del pueblo cubano:
Las Damas afirman que no dejarán de hacer lo que hacen, y el Gobierno, al parecer, tampoco… 
Como dijo hace dos mil años el primero de los césares: “La suerte está echada.”
  
Por Mario Hechavarria Driggs




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