La
telefónica nacional Etecsa decidió aplicar una recarga promocional de los
servicios públicos de internet, duplicando el tiempo de máquina sin modificar
su tarifa actual, lo que significa en la práctica reducir a la mitad el actual
precio por minuto en los servicios que ofertan sus telepuntos.
La
medida coincidió con la clausura en La Habana de un Taller Nacional sobre
Informatización y Ciberseguridad, clausurado con un largo discurso del Primer
Vicepresidente Miguel Díaz-Canel, quien expresó: “existe
la voluntad y disposición efectiva del Partido y el Gobierno cubanos de
desarrollar la informatización de la sociedad y poner Internet al servicio de
todos, facilitando una inserción efectiva y auténtica de los cubanos en ese
espacio.”
Cuba
aplica el equivalente a 4.50 dólares por cada hora de navegación, un número sin
precedentes en cualquier parte del mundo. De acuerdo a las estadísticas
oficiales, una media jornada frente a la computadora equivaldría a 18 USD, unos
450 pesos moneda nacional, precisamente el salario medio de un cubano y el
doble del jornal mínimo aceptado.
Para
la mayoría de los ciudadanos la política de precios constituye el obstáculo
número uno cuando se trata del acceso “libre” a la red de redes, aunque no es
el único valladar a superar en el camino hacia una información amplia, plural y
sin cortapisas.
El
segundo valladar es la imposibilidad de conectarse en casa a partir de las computadoras
personales, algo reservado a las personas VIP (Celebridades, altos dirigentes
del Partido y el Estado, así como extranjeros residentes en el país).
Para
el sector profesional, médicos en particular, existen servidores de correo
electrónico con capacidad limitada y permanente control sobre la mensajería,
además de la obligatoriedad en cuanto a un compromiso de uso estrictamente
laboral o personal, sin posibles implicaciones políticas.
En
las Universidades, Centros de Investigación y otras instituciones que precisan
de Internet, las salas habilitadas cuentan con vigilancia cotidiana por parte
de un personal encargado de impedir el libre acceso a portales web y demás
servicios considerados “peligrosos” para la burocracia gobernante.
Aún
pagando un elevado precio en las salas públicas, donde la telefónica estatal
creó el servidor Nauta, además de un reloj amenazante, corriendo al ritmo de
casi 8 centavos de dólar por minuto, están las páginas bloqueadas,
especialmente la amplia red de revistas digitales y en general toda la
blogosfera sustentada por el periodismo independiente cubano.
Hasta
hoy, la salvación está en el uso creciente de los dispositivos de
almacenamiento masivo, USB en especial, donde es posible copiar una buena
cantidad de material digital de difícil acceso para luego visualizarlo en el
hogar.
Se
han puesto de moda los “paquetes”, ofertados por el comercio digital privado,
donde predominan las telenovelas junto a una amplia gama de programas
televisivos de entretenimiento, casi todos de las más populares televisoras de
habla hispana.
Hasta
hoy, salvo en la música y algunos filmes, es imposible encontrar copias
relacionadas con asuntos directamente políticos, hay comerciantes de los
mencionados “paquetes” que así lo advierten, evitando cualquier chivatazo o
mala interpretación capaz de cerrar su negocio.
Internet
sigue esclava en Cuba, aunque de momento el precio de los servicios baje
temporalmente hasta unos 2.25 USD la hora, de acuerdo a las recargas
promocionales en vigor, por lo menos hasta el próximo 25 de abril.
Por Mario Hechavarria Driggs, periodista independiente