viernes, 27 de febrero de 2015

Cuba reduce experimentalmente los pagos por internet público.

La telefónica nacional Etecsa decidió aplicar una recarga promocional de los servicios públicos de internet, duplicando el tiempo de máquina sin modificar su tarifa actual, lo que significa en la práctica reducir a la mitad el actual precio por minuto en los servicios que ofertan sus telepuntos.
La medida coincidió con la clausura en La Habana de un Taller Nacional sobre Informatización y Ciberseguridad, clausurado con un largo discurso del Primer Vicepresidente Miguel Díaz-Canel, quien expresó: “existe la voluntad y disposición efectiva del Partido y el Gobierno cubanos de desarrollar la informatización de la sociedad y poner Internet al servicio de todos, facilitando una inserción efectiva y auténtica de los cubanos en ese espacio.”
Cuba aplica el equivalente a 4.50 dólares por cada hora de navegación, un número sin precedentes en cualquier parte del mundo. De acuerdo a las estadísticas oficiales, una media jornada frente a la computadora equivaldría a 18 USD, unos 450 pesos moneda nacional, precisamente el salario medio de un cubano y el doble del jornal mínimo aceptado.
Para la mayoría de los ciudadanos la política de precios constituye el obstáculo número uno cuando se trata del acceso “libre” a la red de redes, aunque no es el único valladar a superar en el camino hacia una información amplia, plural y sin cortapisas.
El segundo valladar es la imposibilidad de conectarse en casa a partir de las computadoras personales, algo reservado a las personas VIP (Celebridades, altos dirigentes del Partido y el Estado, así como extranjeros residentes en el país).
Para el sector profesional, médicos en particular, existen servidores de correo electrónico con capacidad limitada y permanente control sobre la mensajería, además de la obligatoriedad en cuanto a un compromiso de uso estrictamente laboral o personal, sin posibles implicaciones políticas.
En las Universidades, Centros de Investigación y otras instituciones que precisan de Internet, las salas habilitadas cuentan con vigilancia cotidiana por parte de un personal encargado de impedir el libre acceso a portales web y demás servicios considerados “peligrosos” para la burocracia gobernante.
Aún pagando un elevado precio en las salas públicas, donde la telefónica estatal creó el servidor Nauta, además de un reloj amenazante, corriendo al ritmo de casi 8 centavos de dólar por minuto, están las páginas bloqueadas, especialmente la amplia red de revistas digitales y en general toda la blogosfera sustentada por el periodismo independiente cubano.
Hasta hoy, la salvación está en el uso creciente de los dispositivos de almacenamiento masivo, USB en especial, donde es posible copiar una buena cantidad de material digital de difícil acceso para luego visualizarlo en el hogar.
Se han puesto de moda los “paquetes”, ofertados por el comercio digital privado, donde predominan las telenovelas junto a una amplia gama de programas televisivos de entretenimiento, casi todos de las más populares televisoras de habla hispana.
Hasta hoy, salvo en la música y algunos filmes, es imposible encontrar copias relacionadas con asuntos directamente políticos, hay comerciantes de los mencionados “paquetes” que así lo advierten, evitando cualquier chivatazo o mala interpretación capaz de cerrar su negocio.
Internet sigue esclava en Cuba, aunque de momento el precio de los servicios baje temporalmente hasta unos 2.25 USD la hora, de acuerdo a las recargas promocionales en vigor, por lo menos hasta el próximo 25 de abril.


 Por Mario Hechavarria Driggs, periodista independiente







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