viernes, 25 de octubre de 2013

El cambio de moneda en Cuba.

La reciente decisión del Consejo de Ministros de la república de Cuba tiene, en primera instancia, un alcance psicológico con clara incidencia política, se trata de acomodarnos a la idea de las cifras que vendrán como precios del comercio minorista, cuando se generalice la moneda única, que será, obviamente, la denominada Nacional, conocida en el argot bancario como CUP.

En la práctica, da lo mismo pagar 500 pesos Moneda Nacional (CUP) por un par de zapatos o 20 Pesos Convertibles (CUC). Los cuentapropistas no objetan cualquiera de estas dos opciones, inclusive aceptan el CUC a 24 y tal vez en el regateo terminen vendiendo el artículo en cuestión por unos pesos menos si se trata de los CUP, con tal de cerrar la tarde con una buena venta.

Imaginemos que un abnegado campesino, “Guajiro” le decimos en La Habana, vendió cuatro cebados puercos y arriba a la capital con veinte mil pesos moneda nacional. Tiene por ahora la obligación de ir a una Casa de Cambio (CADECA) y adquirir Convertibles, obteniendo finalmente 800 de estos últimos billetes, con plena circulación en el país, al igual que los anteriormente señalados.

El señor de referencia, irá a una tienda de las llamadas Recaudadoras de Divisas (TRD) con el objetivo de adquirir ciertos productos, vendidos hasta hoy únicamente en CUC. Otra historia es la de un jubilado que recibe tal vez 250 CUP al mes, equivalentes a unos 10 CUC. Sin embargo, las matemáticas carecen de sentimientos, en ambos casos se trata de un común denominador, lo que para nada altera las cuentas del cuentapropista o de la TRD.

Sin embargo, el efecto Psicológico es real, porque durante muchos años los cubanos estamos acostumbrados a los precios en moneda nacional, rechazando de plano eso de pagar, por ejemplo, 25 mil pesos por un TV plasma, más o menos los mil Pesos Convertibles que cuesta. Las cifras asombran, molestan, te recuerdan lo jodido que estás porque te aplicaron la doble moneda, pagándote el jornal en una en tanto te venden los productos en la otra.

Entonces ahora nos proponen la posibilidad, experimental primero, luego será extendida a todo el país, de pagar los productos y servicios en cualquiera de las dos monedas, como si con ello estuvieran cambiando la realidad económica, cuando se trata de una simple operación matemática en un mundo donde cualquiera tiene a mano una calculadora electrónica.

De hecho se trata de acomodarnos en el plano mental rumbo a lo que vendrá en un futuro cercano. Tendremos una sola moneda, da lo mismo si es el CUP o el CUC, aunque por razones de “prestigio” supongo que será la antigua, llamada Moneda nacional. La diferencia es acostumbrarnos a pensar en cifras elevadas, cosa común en otros países, pero hasta ahora impensable en los marcos de la Revolución.

Al igual que en Venezuela, México o Japón, hablaremos de cientos o miles de pesos por cosas consideradas como de menor cuantía, un paquete de Caramelos, un Peter de Chocolate, un ventilador o una Bicicleta. El tema es ir introduciendo en la mentalidad del cubano la dura realidad de que no hay cambios mágicos, dados por decretos presidenciales. La moneda es una sola hace tiempo, ahora estamos legalizando el asunto.

Sin embargo, antes de plantearles mis consideraciones finales, debo recordar que además del “prestigio” mencionado, hay otros servicios pagados en Moneda Nacional como la electricidad, el gas, el acueducto, los productos normados en la bodega, el pan racionado, etc., que justifican la prioridad de los CUP a la hora de determinar la moneda que definitivamente se quedará reinando.

Cuba está transitando lentamente hacia una economía de mercado limitada, cuyo crecimiento posterior parece indetenible. No hay soluciones de varita o plumazo, de momento nos están “acomodando” para el paso siguiente, que será una sola moneda, sin opciones de rebajar la relación de precios actuales al consumidor o los salarios, porque un decreto estatal no puede cambiar la economía del país. Se trata de amortiguar el efecto Psicológico.
Otra arista del problema es positiva, aunque sus efectos no guardan relación directa con el poder adquisitivo de la población. Se trata de unificar el sistema contable, generando un mecanismo de costos confiable, al utilizar  un solo referente, frenando numerosas arbitrariedades que hoy originan conflictos, desfalcos, trampas y demás contradicciones propias de la absurda dualidad monetaria.

Un precio único para cubanos y turistas, una sola obligación al pago en cualquier lugar, cierra las puertas a los inspectores chantajistas, elimina cuentas dobles en lo referido al pago de las mercancías, su posterior elaboración y venta, liquidando ciertas prerrogativas hasta ahora usadas por la burocracia que se ha entronizado en Cuba.

Aplaudo la medida tendiente hacia la unificación monetaria porque termina legalizando lo que es un hecho real, cortando “mecánicas” a los aprovechados que viven del esfuerzo de los trabajadores. Reconozco que aún así es poco, pero se trata de un paso adelante y ojala no vengan pasos atrás como lamentablemente está sucediendo en la actualidad imprevisible de mi país.

 Por Mario Hechavarria Driggs, periodista Independiente


¡Dos cubanos atrapan cien millones de dólares en menos de una semana!

Los hechos ocurrieron Estados Unidos, ¿Dónde si no? Diríamos en Cuba, recordando una frase reiterada por una popular conductora de la televisión nacional.
Lo más importante es que estos nacionales no están requeridos por la policía norteamericana, consiguieron  su dinero apelando a sus habilidades como seres humanos en el bien llamado País de las oportunidades.

Se trata de José Dariel “Pito” Abreu, quien fuera el cuarto bate de la selección Cienfuegos en la pelota cubana, además de miembro destacado del equipo CUBA. El otro atleta responde al nombre de Alexander Guerrero, excampo corto de Las Tunas. Abreu fue firmado por 68 millones en la nómina del Chicago White Sox, en tanto Guerrero debutará con Los Angeles Dodgers con 28 millones de contrato y 4 adicionales de bonificación, cerrando la anticipada cifra de Cien.

Al golpe de millones se marchan al gran país del norte nuestros peloteros, lamentándose el gobierno comunista de una competencia desleal, considerando la imposibilidad de pagar tales cifras por ver jugar a sus atletas en casa. Lo que parece evidente oculta asuntos profundos de nuestra realidad, como la falta de oportunidades, la desconfianza ante el futuro del país y en fin, la libertad.

Antes de la Revolución, salvando las proporciones porque no teníamos los actuales sistemas de televisión a escala global, además de la natural diferencia en el valor de la moneda, muchos cubanos vivían en su tierra natal, sin molestarse por emigrar buscando mejor paga. El Béisbol está incluido en esta afirmación.

Eran los tiempos cuando usted invertía en una tienda, grabando en los mosaicos del piso su nombre porque sabía que era un hecho para muchos años. Todavía puedo leer en el destartalado mercado de Cuatro Caminos el nombre de su antiguo dueño, Hornedo quien asombró a La Habana con una plaza comercial digna de Nueva York.

Un pelotero de aquella época, aún ganando mucho menos en su país, no se aventuraba a emigrar, prefiriendo jugar dominó con sus vecinos en su barrio cubano. Si deseaba comprar un auto, construir otra vivienda o irse a México de vacaciones, era solamente asunto de ahorrar el dinero, nada de permisos o de interminables obstáculos puestos en su camino por una burocracia necesitada de chuparle parte del dinero bien habido.

Tampoco tenía el atleta que jurar fidelidad a político alguno, escogiendo si le convenía militar en una organización, o si prefería ser totalmente apático al tema. La selección nacional era un honor que se asumía con el aplauso del público, sin condicionamientos impuestos por el Partido Comunista de Cuba (PCC).

Durante cinco décadas el régimen imperante obligó a los deportistas a jurarle fidelidad como condición para ostentar las cuatro letras que dicen CUBA, considerando que la patria era propiedad exclusiva del PCC. Tal vez esto moleste más que la cantidad de dinero recibido por jugar a la pelota, inclusive, algunos especialistas dicen que tiene una mortal incidencia en los negativos resultados del Béisbol cubano actual.



Países como el Japón, repleto de grandes peloteros, pagando cifras muy bajas en comparación a los contratos de las llamadas Grandes Ligas, consiguen conservar a la mayoría de sus deportistas en tierra propia, sin emigrar. Por supuesto, hay confianza en la estabilidad del país, no existen condicionamientos políticos, se puede invertir el dinero ganado, mucho o poco, en total libertad, cosas imposibles en Cuba.

La realidad es que los cubanos, deportistas o no, emigran hacia los Estados Unidos por la falta total de libertades, mientras el gobierno quiere equipararlos a los emigrantes de otros países, encerrándolos a todos en el manido capítulo de la economía.

Si nuestro país alcanzara la libertad deseada, libertad de expresión, de asociación, de libre empresa; si fuéramos un país de oportunidades, de seguro esta explosión de emigrantes quedaría reducida a los límites normales que existían antes de este revolico llamado revolución.

Mientras tanto, habrá cubanos listos para atrapar dinero bien habido en el auténtico país de las oportunidades.


 Por Mario Hechavarria Driggs, periodista Independiente.

Aquí se vive entre el desencanto, la mentira y el temor.

Las últimas noticias en Cuba acusan desencanto y falsedad. Miles de cuentapropistas cerrarán sus negocios por una de esas ilógicas medidas del estado cubano. Se trata de los vendedores de ropa y calzado, artículos traídos de otros países, generalmente marcas de primer nivel, con precios competitivos respecto a la red estatal de comercio minorista.

Las autoridades han dicho claramente que ese segmento del mercado es y será monopolio del estado. No aceptan la competencia privada. Ni siquiera de estos minúsculos comerciantes que carecen de locales de gran tamaño, diseñados para tales actividades, además de estar limitados en cuanto al empleo de trabajadores,
pagando altos impuestos por su gestión.

 El estado fija los precios y aún así les teme a los pequeños comerciantes, cuyos productos deben pagar aranceles en las aduanas, con limitaciones en cuanto a la factura que se puede introducir en el país. Bueno es recordar que en el año 1959 el gobierno intervino la magnifica red de tiendas y almacenes que existia.

 Durante años, el monopolio estatal obligó a los consumidores a pagar precios arbitrarios por productos de dudosa calidad, incumpliendo normas internacionales de garantía comercial, junto al estancamiento de las ofertas, muchas veces pasadas de moda. Excepcionalmente habían posibilidades mejores, pero pagando cifras escandalosas.

Los cuentapropistas han atemorizado a las autoridades, en poco tiempo su gestión pone en crisis el modelo económico existente, desde antaño incapaz de brindar servicios óptimos a la población. Estamos ante aquello que el decir popular resume en la frase compraron pescado y le cogieron miedo a los ojos.

No es la primera vez que asistimos a tales retrocesos, recordemos los años ochenta cuando se abrió por vez primera el mercado libre campesino, liquidado rápidamente bajo la operación contra los entonces llamados “Macetas”, o sea, los comerciantes que rápidamente generaron un movimiento mercantil del cual, como es lógico, se beneficiaron personalmente con altos ingresos, pero brindando al cliente un servicio imposible de alcanzar por las empresas gubernamentales.

A finales de los años noventa, luego de una débil apertura inicial al trabajo por cuenta propia, las autoridades arremetieron contra esta modalidad económica, llevándola a los límites mínimos. Muchos pequeños restaurantes, Paladares les decimos aquí, debieron cerrar; de otras actividades posibles, la lista permitida era mínima.

Ahora, refrendada por el Sexto Congreso del Partido Comunista, se suponía que la llamada ¨actualización del modelo económico cubano¨, conduciría definitivamente a una apertura sin marcha atrás. Esa era la esperanza de muchos, lamentablemente cercenada por decisiones como la que actualmente enfrentan una buena parte de estos pequeños comerciantes.

Desde las páginas de Granma, especialmente la edición de los viernes, con amplio espacio a la opinión de los lectores, es sospechosa la selección intencionada de cartas que siempre atacan  las medidas de aperturas en cuanto al mercado, reclamando el regreso a los viejos tiempos, cuando ni siquiera podía usted pelar a un amigo en su casa, ante la probable acusación de los Comité de Defensa de la Revolución de estar realizando actividades económicas ilícitas y contrarrevolucionarias.

La élite en el poder, junto a su burocracia actuante, prefiere mantener el inmovilismo que les permite gobernar y lucrar con los bienes ajenos. Los recursos que han levantado al cuentapropismo muy poco tienen que ver con el estado, sin embargo, están salvando a la nación del paro, generando centenares de miles de empleos.

Una parte de las inversiones constituyen ahorros de los millones de cubanos aquí sobreviviendo en medio de insólitas dificultades como la absurda dualidad monetaria, otra porción no menos significativa corresponde a sus compatriotas allende los mares, sobre todo en los Estados Unidos, quiénes igualmente apostaron sus ahorros ante sus familiares, confiando en la palabra empeñada por los dirigentes comunistas.

Los que gobiernan en Cuba temen a los cambios, retroceden luego de avanzar tímidamente, faltan a sus promesas, titubean, en fin, nos hacen vivir entre el temor, la mentira y lo que es peor, el desencanto.

 Por Mario Hechavarria Driggs, periodista Independiente.



viernes, 18 de octubre de 2013

La tragedia de los animales y la de los cuentapropistas.

Semanas atrás asistimos en la capital cubana a un operativo realizado de conjunto por las autoridades involucradas en las actividades aquí llamadas “por cuenta propia”, directamente contra los vendedores de animales vivos, actividad muy popular en Cuba, con licencia concedida hace más de una década.

Muchos de estos comerciantes fueron conducidos hasta las unidades policiales de la ciudad, tal cual vulgares delincuentes, multados, confiscando la totalidad de su mercancía, es decir, los animales en venta, con la expresa prohibición de continuar ejerciendo una actividad por la cual pagaban impuestos al estado, vendiendo libremente gallos y gallinas  ante la vista de todos durante muchos años.

Actualmente la actividad quedó limitada a ciertos espacios dentro de los llamados mercados libres agropecuarios, pocos en La Habana, en tanto anteriormente funcionaban numerosos establecimientos menores a nivel de barrio, sin mayores problemas, con gran aceptación popular.

Otra cosa es la tragedia de los animales. Unos son de crianza, universalmente aceptados en cuanto a su comercialización, como el Carnero, las aves de corral, el Chivo y las palomas. Otros son especies silvestres de la fauna nacional, protegidos internacionalmente por tratados de los cuales nuestro país es firmante.

De estos últimos sobresalen en cuanto a su demanda, el Majá de Santamaría, boa cubana y la Jicotea, pequeña tortuga de nuestros ríos, ambas especies muy solicitadas en la religión Yoruba (Santería); aunque el Majá es igualmente apreciado por las propiedades medicinales de su grasa (Manteca), en tanto la Jicotea puede ser una mascota para los niños de la casa, al estilo de los pajarillos.

El auge de la comercialización de animales vivos llegó con el levante de la Santería, religión ahora en boga, cuya liturgia exige numerosos sacrificios de las más disimiles especies, tanto silvestre como de crianza. Tampoco es desdeñable el porciento de familias que prefieren un pollo vivo como alimento, ante su similar congelado tal vez hace muchos meses, importado de otro país.

Lo cierto es que, de los unos y de los otros, todos los animales mencionados y muchos más, eran vendidos libremente, tradición popular de larga data en Cuba, pagando los comerciantes los impuestos establecidos. De momento, sin previo aviso, los llevan detenidos a una estación de la Policía, perdiendo en pocas horas el pequeño negocio del cual vivieron durante mucho tiempo.

Traigo a colación la amenaza que hoy pende sobre los cuentapropistas. Los vendedores de ropa y zapatos importados y los dueños de las salas de vídeos, estos deberán poner fin a sus negocios al concluir el presente año, luego de realizar notables inversiones, pensando que esta vez las cosas iban en serio de acuerdo a las promesas y los decretos del gobierno.
 Luego vendrán otras prohibiciones y otras más, la película se repite. Aquí nada es seguro, el estado  quita y pone, y el pueblo sufre. Como me decía un viejo amigo. ¨ Me voy de  Cuba para no convertirme en un Zombi, es decir,  en un muerto vivo¨.
                                                                                

 Por Mario Hechavarria Driggs, periodista Independiente.

miércoles, 9 de octubre de 2013

La ruta del ladrillo.

En Cuba hay hechos que jamás serian noticia, de acuerdo con la voluntad de los dirigentes del Partido Comunista, que controlan los medios de información. ¨El derrumbe de un edificio en la calle San Rafael # 160, del municipio  Centro Habana  y la muerte de dos ciudadanos.
El hecho ocurrió en la mañana del pasado sábado, cuando las intensas lluvias que azotaron la capital, terminaron por desplomar un edificio inhabitable pero,  habilitado por decenas de familias provenientes del interior del país.
Luego de cercar el área con la ayuda de la policía y ubicar la técnica adecuada para el trabajo a realizar, los trabajadores de la empresa de demolición del poder popular, se sentaron a esperar a que los jefes les garantizaran el almuerzo y la merienda del domingo, si no trabajarían hasta media mañana.
Pasaron el día echando abajo pedazos de balcones y otros salientes arquitectónicos, cayó la noche y con las sombras nocturnas, llegaron unos ciudadanos,  llamados popularmente buzos, dispuestos a jugarse el todo por el todo, robarse unos ladrillos y las vigas de acero, aspirando a unos pesos de más. Pero resulto fatal, la caída principal de las columnas del  vetusto edificio, sepultó  a uno de los buscadores de ¨tesoros¨, mientras el  otro cayó mortalmente herido al tratar de huirle al pronosticado derrumbe.
Los buzos son ciudadanos que ¨luchan¨ (trabajan) por cuenta propia.  Se meten en los latones de basura para recoger algo y venderlo  que,  recogen ladrillos de los derrumbes, para luego venderlos.  Con buena suerte, 500 unidades serán unos dos mil pesos ganados en escasas horas y las vigas de acero valen cada una 20 fulas (pesos convertibles). Según se dice la calle esta difícil y los pesos perdidos.
Se conoce que en el lugar había guardia nocturna porque allí quedaron equipos e instrumentos propios del trabajo iniciado el día anterior. El frente del edificio fue cercado para proteger a vehículos y peatones en una calzada de mucho tránsito. Sin embargo siempre hay como entrar en estas peligrosas ruinas si existe la posibilidad de correr el riesgo, pagando unos pesitos de más.
Hubo seguramente las conocidas palabras de: “No se metan ahí, miren que eso se cae en cualquier momento”, pero pasaron por alto la advertencia  y la final nadie vio nada.
Pero el trágico final llegó con dos muertos,  acompañado de la rápida demolición y limpieza del área, sin la presencia de las autoridades o un medio informativo del gobierno. Allí no pasó nada.
 De qué hablamos entonces.....tal vez algunos recuerden a las víctimas, entre tantos otros comenten sobre otros buzos que lograron burlar la muerte por unos cuantos pesos en otro derrumbe.
… Que en paz descansen los fallecidos... ….¨En Cuba la vida sigue igual.


 Por Mario Hechavarria Driggs, periodista Independiente.

Profanaciones de Tumbas en Cementerio Habanero

La profanación de  tumbas en el cementerio Judío ubicado en el  municipio capitalino de Guanabacoa, ha causado conmoción en la comunidad hebrea y espanto en  los vecinos del lugar.
El  hecho presuntamente ocurrido en la madrugada del pasado domingo 6 de Octubre, fue descubierto por personas  que acudieron al camposanto a visitar  a sus seres queridos. Para su  sorpresa, se encontraron cinco tumbas abiertas y  los huesos esparcidos por el suelo.
La policía llegó en la tarde,  alegando que la demora se debió a la falta de combustible en sus coches. Las  autoridades  pidieron a las familias que revisaran  si faltaba algún cadáver en los depósitos. Una mujer  visiblemente afectada dijo  que a su esposo enterrado hace cinco  años,  le faltaba la cabeza.
El robo de cadáveres ya es algo común en nuestra sociedad, personas sin escrúpulo cometen el  delito para  comercializarlo  en el mundo de la brujería. Entre los restos humanos más cotizados se encuentran los de un judío, un chino o un  religioso. Se utilizan las manos,  la cabeza y los pies para trabajos espirituales de gran envergadura.
La necrópolis Cristóbal  Colón,  el mayor de los  cementerios de la capital, ha  reforzado  su guardia de seguridad ante el incremento de  profanaciones de tumbas y el robo de mármol de Carrara  de los panteones. Este cementerio terminó de construirse en el año 1886. La tumba más visitada es la de Amelia Goire de la Hoz, una dama de la alta sociedad, que ahora se le conoce como  ¨La Milagrosa¨. Titulo ganado por resolver casos de infertilidad . Y también para  trámites de vivienda. Simplemente no le des la espalda cuando termines de rezarle, dicen los fieles.
El Cementerio Colón, es considerado por los especialistas, como el segundo de importancia en el mundo, precedido solamente por el de Staglieno en Génova, Italia.
 El  Panteón  de la Orden del Carmelo ubicado en Colón, está casi vacío, ya no quedan monjas  enterradas, la mayoría  han sido robadas. Las hermanas del Carmelo  de origen español prefieren que las entierren en su país de origen.

A pesar de la vigilancia de los cuerpos de protección, dirigidos y entrenados por el Ministerio de Interior, el comercio  de cadáveres en los camposantos de nuestra capital, no  parece tener fin.  La ciudadanía ha optado por  la incineración, para de esta  forma evitar que su  pariente, termine como prenda de adivinación en el  caldero de un brujo.
Por Mario Hechavarria Driggs, periodista Independiente.

¡ABAJO LA DICTADURA!

Opositores al régimen  realizaron en la mañana del jueves una  protesta pacífica en el Monumento del Apóstol José Martí, ubicado en el capitalino Parque Central. Los manifestantes  de la Peña ¨El DISIDENTE¨, se subieron en la base del monumento para gritar consignas de ¡Vivan los derechos humanos!, ¡Abajo la dictadura!, ¡Libertad para los presos políticos! Estas consignas fueron gritadas en español e inglés para lograr la atención del pueblo y de los extranjeros que transitaban por el lugar.
La población se acercó dando muestras de apoyo e impidiendo que los órganos represivos golpearan a los manifestantes. La seguridad del estado trato por todos los medios que nadie sacara fotos del evento. Varios extranjeros fueron empujados y su móviles tirados contra el suelo. Algunos  fueron arrestados, por que no se dejaron intimidar ni entregaron  los móviles.
Los que realizaron la actividad de desobediencia civil se encuentran: Ángel León Palacio, José Luis Rodríguez Abreu, Sergio Luis Díaz Morales, Pablo Yavero Gallardo, Armando Pedraza Hernández, Julio Antonio Ramírez Casteñeiro, José Luis Piloto Monterez, William Varela  Medina, Santiago Roberto Monte león, Carlos Manuel Figueroa Álvarez. Todos pertenecen a distintas organizaciones, pero unidos en un solo propósito: EL FIN DE LA DICTADURA CASTRISTA: Partido Republicano de Cuba, Movimiento Democrático Unido y Movimiento jóvenes por la Democracia.
 Hasta el momento se desconoce paradero de los que le rindieron un merecido homenaje al Apóstol José Martí, en la mañana del jueves 3 del presente mes.


 Mario Hechavarria Driggs, periodista Independiente

miércoles, 2 de octubre de 2013

FLAMUR realiza protesta frente a oficinas de la WESTERN UNIÓN.

La Federación  Latinoamericana de Mujeres Rurales, (FLAMUR), realizó  una protesta pública frente a  las oficinas de la WESTERN  UNION del  municipio capitalino de San Miguel del Padrón,  para exigirle al gobierno cubano, la circulación de  una sola moneda, libertad para los presos políticos y el fin de la represión.
La señora Nery Castillo Moreno delegada de la citada organización y la señora Maritza Castro,  reclamaron a viva voz en la mañana del Martes, primero de Octubre: ¡QUEREMOS UNA SOLA MONEDA!, ¡LIBERTAD PARA LOS PRESOS POLÍTICOS  y ¡DEMOCRACIA YA ES HORA!, esto ocurrió en presencia de numerosos  ciudadanos, que asombrados se acercaban al lugar.
Las luchadoras pacificas portaban pullovers con el lema: ¡UNA SOLA MONEDA!
Minutos más tarde fueron arrestadas por la policía y  llevadas para la unidad del municipio, donde fueron interrogadas  por los oficiales  Tomas y Alejandro de la seguridad del estado. La policía política las  amenazó con llevarlas a juicio por alteración del orden y escándalo público.  En horas de la noche del mismo día,  fueron puestas en libertad.
La FLAMUR,  es una ONG que  lucha por la igualdad de oportunidades para todas las mujeres, especialmente las del mundo rural. Esta organización fomenta la solidaridad  y la democracia. Su campaña ¨Con la misma moneda¨, demanda la aceptación del peso cubano en todos los establecimientos del país, para de esta forma restaurar el valor de la moneda. Su representante en el exterior es la señora Magdelivia Hidalgo.
El peso convertible (CUC) es el único aceptado en las tiendas de ropa, hoteles, playas  y restaurantes para el turismo internacional, sin embargo el gobierno,  le paga al  pueblo en pesos cubanos (CUP), que apenas alcanzan para comprar la canasta básica de alimentos.
La Constitución cubana impone que son necesarias 10 000 firmas, para considerar un proyecto de ley. Las firmas fueron recogidas y entregadas por la FLAMUR en el año 2007. Sin embargo todavía no ha recibido una respuesta por parte del gobierno. Así mismo se recoge en la ley cubana, que si en el plazo de 90 días después de haber sido entregado el proyecto la Asamblea Nacional no responde a la demanda ciudadana, esta se ubica  virtualmente fuera de la ley.
El excomandante en jefe Fidel Castro Ruz, dijo en una ocasión que la  Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales era muy peligrosa y contrarrevolucionaria, porque socava la unidad y el prestigio de la mujer cubana, reclamando derechos inaceptados.

                 
Por Mario Hechavarria Driggs, periodista Independiente.