miércoles, 9 de octubre de 2013

Profanaciones de Tumbas en Cementerio Habanero

La profanación de  tumbas en el cementerio Judío ubicado en el  municipio capitalino de Guanabacoa, ha causado conmoción en la comunidad hebrea y espanto en  los vecinos del lugar.
El  hecho presuntamente ocurrido en la madrugada del pasado domingo 6 de Octubre, fue descubierto por personas  que acudieron al camposanto a visitar  a sus seres queridos. Para su  sorpresa, se encontraron cinco tumbas abiertas y  los huesos esparcidos por el suelo.
La policía llegó en la tarde,  alegando que la demora se debió a la falta de combustible en sus coches. Las  autoridades  pidieron a las familias que revisaran  si faltaba algún cadáver en los depósitos. Una mujer  visiblemente afectada dijo  que a su esposo enterrado hace cinco  años,  le faltaba la cabeza.
El robo de cadáveres ya es algo común en nuestra sociedad, personas sin escrúpulo cometen el  delito para  comercializarlo  en el mundo de la brujería. Entre los restos humanos más cotizados se encuentran los de un judío, un chino o un  religioso. Se utilizan las manos,  la cabeza y los pies para trabajos espirituales de gran envergadura.
La necrópolis Cristóbal  Colón,  el mayor de los  cementerios de la capital, ha  reforzado  su guardia de seguridad ante el incremento de  profanaciones de tumbas y el robo de mármol de Carrara  de los panteones. Este cementerio terminó de construirse en el año 1886. La tumba más visitada es la de Amelia Goire de la Hoz, una dama de la alta sociedad, que ahora se le conoce como  ¨La Milagrosa¨. Titulo ganado por resolver casos de infertilidad . Y también para  trámites de vivienda. Simplemente no le des la espalda cuando termines de rezarle, dicen los fieles.
El Cementerio Colón, es considerado por los especialistas, como el segundo de importancia en el mundo, precedido solamente por el de Staglieno en Génova, Italia.
 El  Panteón  de la Orden del Carmelo ubicado en Colón, está casi vacío, ya no quedan monjas  enterradas, la mayoría  han sido robadas. Las hermanas del Carmelo  de origen español prefieren que las entierren en su país de origen.

A pesar de la vigilancia de los cuerpos de protección, dirigidos y entrenados por el Ministerio de Interior, el comercio  de cadáveres en los camposantos de nuestra capital, no  parece tener fin.  La ciudadanía ha optado por  la incineración, para de esta  forma evitar que su  pariente, termine como prenda de adivinación en el  caldero de un brujo.
Por Mario Hechavarria Driggs, periodista Independiente.

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