miércoles, 9 de octubre de 2013

La ruta del ladrillo.

En Cuba hay hechos que jamás serian noticia, de acuerdo con la voluntad de los dirigentes del Partido Comunista, que controlan los medios de información. ¨El derrumbe de un edificio en la calle San Rafael # 160, del municipio  Centro Habana  y la muerte de dos ciudadanos.
El hecho ocurrió en la mañana del pasado sábado, cuando las intensas lluvias que azotaron la capital, terminaron por desplomar un edificio inhabitable pero,  habilitado por decenas de familias provenientes del interior del país.
Luego de cercar el área con la ayuda de la policía y ubicar la técnica adecuada para el trabajo a realizar, los trabajadores de la empresa de demolición del poder popular, se sentaron a esperar a que los jefes les garantizaran el almuerzo y la merienda del domingo, si no trabajarían hasta media mañana.
Pasaron el día echando abajo pedazos de balcones y otros salientes arquitectónicos, cayó la noche y con las sombras nocturnas, llegaron unos ciudadanos,  llamados popularmente buzos, dispuestos a jugarse el todo por el todo, robarse unos ladrillos y las vigas de acero, aspirando a unos pesos de más. Pero resulto fatal, la caída principal de las columnas del  vetusto edificio, sepultó  a uno de los buscadores de ¨tesoros¨, mientras el  otro cayó mortalmente herido al tratar de huirle al pronosticado derrumbe.
Los buzos son ciudadanos que ¨luchan¨ (trabajan) por cuenta propia.  Se meten en los latones de basura para recoger algo y venderlo  que,  recogen ladrillos de los derrumbes, para luego venderlos.  Con buena suerte, 500 unidades serán unos dos mil pesos ganados en escasas horas y las vigas de acero valen cada una 20 fulas (pesos convertibles). Según se dice la calle esta difícil y los pesos perdidos.
Se conoce que en el lugar había guardia nocturna porque allí quedaron equipos e instrumentos propios del trabajo iniciado el día anterior. El frente del edificio fue cercado para proteger a vehículos y peatones en una calzada de mucho tránsito. Sin embargo siempre hay como entrar en estas peligrosas ruinas si existe la posibilidad de correr el riesgo, pagando unos pesitos de más.
Hubo seguramente las conocidas palabras de: “No se metan ahí, miren que eso se cae en cualquier momento”, pero pasaron por alto la advertencia  y la final nadie vio nada.
Pero el trágico final llegó con dos muertos,  acompañado de la rápida demolición y limpieza del área, sin la presencia de las autoridades o un medio informativo del gobierno. Allí no pasó nada.
 De qué hablamos entonces.....tal vez algunos recuerden a las víctimas, entre tantos otros comenten sobre otros buzos que lograron burlar la muerte por unos cuantos pesos en otro derrumbe.
… Que en paz descansen los fallecidos... ….¨En Cuba la vida sigue igual.


 Por Mario Hechavarria Driggs, periodista Independiente.

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