miércoles, 27 de enero de 2016

Cierra Enero con alza en los precios agropecuarios


La malanga, vianda preferida de la papilla infantil, alcanzó el tope histórico de 10 pesos la libra en los mercados agropecuarios de libre oferta-demanda, al cerrar Enero. La mayoría de los productos en venta subieron igualmente de precio.
Un listado de alimentos básicos en venta libre muestra la tendencia alcista sin freno posible:
- Carne de cerdo limpia, de 35-40 a 45-50 pesos la libra.
- Cerdo ahumado en sus variantes, precio incrementado en 5 pesos por cada libra respecto a meses anteriores, la pierna, por ejemplo, alcanzó los 50/ el peso de referencia.
- Frijoles diferentes tipos, se mantienen al tope de 15-16/ libras.
- Maíz molido fresco, subió hasta 7 pesos por similar peso.
- Viandas como la Yuca y el Boniato, no bajaron de sus máximos anteriores.
- Especias, ajo en especial, aumentaron su cotización por unidad, ahora de menor tamaño para los anteriores 4-5 pesos cada una.
La lista resulta interminable, sin mejorías, excepto el vegetal por excelencia de las ensaladas cubanas, el aguacate, cuya  abrumadora presencia determinó un ligero descenso en el precio callejero, sobre todo de parte de los vendedores ilegales.
Al paso de cuatro años de implementada la llamada “actualización del modelo económico cubano”, razón básica del pasado congreso del partido comunista, los cubanos no aprecian una mejoría en su diaria angustia existencial relacionada con la alimentación.
La agravante viene dada por la reiterada escasez de otros segmentos del mercado nacional, bajo férreo control estatal. Las Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD), acusan un permanente desabastecimiento de cárnicos, especialmente el Pollo en sus tradicionales variantes de muslos y muslos con contra muslos.
En la Plaza de Carlos III, una de las TRD de mayor capacidad de la Ciudad, algunos clientes opinaban:
Alba Rosa-dueña de un paladar-: “Hay que comprar por cantidad cuando llega el pollo, después no sabes si aparecerá en la semana siguiente.”
Julián-señor mayor-: “Si no compro hoy, se lo llevan todo, usted ve a los acaparadores con el carrito lleno, y ¡tremenda cola!”.
Ana María-dependienta-: “No podemos determinar sobre los surtidos, cuando llegan, aproveche la oportunidad, después nunca se sabe.”
Los precios en divisas no bajan, subieron años atrás unos centavos, pesos al cambio para la mayoría de los cubanos. Existen productos en baja casi permanente, entre ellos el vinagre, el vino seco y las salsas de tomate, básicos en la preparación de las comidas.
Preguntando a diversos consumidores, alcanzamos una media racional en torno a cuánto vale la comida de cuatro personas, familia ideal, digamos, un domingo:
Dos libras de carne de cerdo o un kilogramo de pollo= 90 pesos cubanos o su equivalente en divisas; ensalada= 10 pesos; viandas= otros 10; frijoles= 15 pesos al menos. Si compras arroz de calidad-argentino o brasileño- cinco libras serán 25 pesos. Agregue especias y demás detalles, serán unos 140-150 pesos.
Comparación ilustrativa, este domingo en su habitual sección de ofertas laborales, Tribuna de La Habana escribió: “Subdirector Contable Financiero, salario 490 pesos; Especialista B en Gestión Económica, 395; Especialista en Gestión Comercial, 395; todas de nivel superior.”
Los datos indican que una compra actual de fin de semana supera con creces la cuarta parte del salario mensual de muchos graduados universitarios, inclusive dirigentes empresariales.
Aun así quedan fuera del análisis otros segmentos de mercado bajo control estatal, cuyos precios se mantienen hasta ahora inalterables, pero con la marca de la escasez, de la inesperada ausencia de los productos, entre ellos el huevo, a 1,10 pesos la unidad, pero encontrarlo puede suponer una mañana de cacería para cualquier padre o madre de familia empeñada en abastecer su hogar.
Septiembre cierra al alza en la brega diaria por los alimentos, poco queda para el cubano de a pié si se trata de otras necesidades igualmente básicas.

Por Mario Hechavarria Driggs.

Un nuevo derrumbe obstruye la calle Campanario en La Habana.

La calle Campanario, esquina a Estrella (Enrique Barnet), permanece obstruida al tráfico vehicular desde el sábado pasado, al derramarse allí los escombros de un derrumbe  ocurrido el día anterior, cuando se desplomaron techos y paredes interiores de una edificación que, según los vecinos, supera los cien años.
“Ya se sabe, cuando sale el sol después de los aguaceros, el calentamiento termina resquebrajando las estructuras y viene el desastre”, coincidieron al opinar varias personas, en tanto los llamados “escombreadores” comenzaban a beneficiarse del material depositado en la calle:
Recebo, así llaman a la arenilla producto del derrumbe, utilizada en la mezcla con cemento, muy estimada en nuevas construcciones. También se rescatan los ladrillos antiguos enteros, altamente valorados para levantar paredes. Otro rubro comerciable son las vigas que antaño soportaban las estructuras, conservados dada la calidad de las maderas preciosas entonces utilizadas en la construcción.
“Unos pierden y otros ganan”, dijo un vendedor de vegetales al lado de su carretilla: “seguramente los pobres viejos que allí vivían”-señala al balcón milagrosamente en pie- no tenían dinero para reparar su apartamento, ahora estarán hasta su muerte en un albergue y, llegan los oportunistas, con palas y cernidoras, acopiando recebo en sacos, que luego venden a 50 pesos.”
“En Oriente tiembla la tierra, en La Habana se caen los edificios sin esperar sacudida alguna”, sentencia un señor que lleva portafolio en bandolera, preguntando al unísono por  los tomates del carretillero: “Amigo, los de atrás a 15 la libra, estos a 20, escoja usted mismo.”
El señor del maletín, vestido con cierta elegancia a la antigua, hace una mueca antes de seguir su camino, bordeando la loma de pedruscos, tierra, algunos ladrillos, y arena descolorida por el tiempo.
Durante los últimos seis meses se vinieron abajo completamente otras dos edificaciones, ubicadas entre los 500 metros de la calle Campanario tomando como punto central la esquina de Enrique Barnet.
Hace tres años, el 17 de enero de 2012, dos comerciantes de materiales de la construcción fueron rescatados, muertos, de un derrumbe en la esquina de Infanta y Salud, cuando tras un colapso parcial, vino en la madrugada el definitivo. Comparando con los registros sísmicos, diríase una réplica.
Por lo pronto no hay tránsito para vehículo alguno en la calle Campanario, los escombreadores persistirán en su faena, buscándose unos pesos a cualquier riesgo y de paso harán el favor de eliminar  casi todo el material allí vertido; el vendedor de tomates irá con su “música” a otra parte. En la otra esquina acaban de llenar la Pipa de Ron y está formándose la cola porque faltaba el producto desde hace varios días.

Sigue temblando la tierra, no paran los derrumbes, nadie detiene el precio de los tomates: ¿Quién le pone el cascabel al gato? 

Por Mario Hechavarria Driggs

miércoles, 13 de enero de 2016

Por excederse en el consumo eléctrico.

Este lunes amaneció sin electricidad La Segunda Estrella, unidad gastronómica de la calle Monte muy cerca de los conocidos “Cuatro Caminos” de La Habana. La respuesta del único dependiente, vendiendo porque su mostrador da a la calle fue: “Se acabaron los kilowatts.”
La situación no es excepcional, la pasada semana igual ocurrió con el mercado de la plaza de Marianao en 51 y 126, afectando la natural concurrencia de miles de personas al lugar, donde mayoritariamente se venden los alimentos liberados a la población del referido municipio.
Un caso anterior en la cronología ocurrió cuando el restaurante-bar Toledo, ubicado entre las calles Águila y Barcelona, estuvo tres días sin servicio de alimentos, igualmente por falta de electricidad. Llama la atención que dicho establecimiento pertenece a la categoría “de lujo”, de acuerdo a la empresa gastronómica del municipio Centro Habana.
Preguntando las causas de una situación reiterada, los trabajadores coinciden en sus respuestas: Existe un convenio con la Empresa Eléctrica, fijando cierta cantidad de kilowatts a gastar en el mes, cuando la cifra aparece en el metro contador, automáticamente se interrumpe el servicio, esperando por el nuevo acuerdo entre los suministradores de energía y quiénes pagan.”
Es interesante por qué, sin iluminación en la Segunda Estrella y, cerrados al exterior en el Toledo, carentes de aire acondicionado, al menos se mantienen algunos servicios: “Hay que buscársela, si no vendes nada ganas, por lo menos buscamos la propina y algo más que se raspa”, contesta un trabajador.
Así y todo la mayoría se afecta, la cocina no puede funcionar, otras ventas tampoco, sin embargo, los dependientes reciben su salario porque no es culpa de ellos cuánto sucede.
Queda en el aire la remuneración  promedio de los gastronómicos, alrededor de 250 pesos mensuales-unos 10 dólares al cambio-, en tanto cualquier otro ingreso, suele ser mayor, depende de brindar servicios.

La condena de los kilowatts suma una carga adicional al diario que hacer del deteriorado sistema estatal del comercio minorista en el país. 

Por Mario Hechavarria Driggs

Negativa a legalizar iglesia

Desde su fundación  en el año 2007, la Iglesia de la Nueva Jerusalén  ha presentado cada año la solicitud de inscripción en el registro de asociaciones del Ministerio de Justicia, cumpliendo los requisitos exigidos por la ley.
El pastor Guillermo Fernández, presidente de la mencionada  iglesia, dice  que las autoridades  nunca le han dado una respuesta a su pedido.
“Le escribí una carta a la señora Caridad Diego, directora de la Oficina de Asuntos Religiosos del Consejo de Estado, pidiéndole una entrevista, con el fin de que nos ayudara  a legalizar nuestra iglesia.
“Sin embargo la  respuesta que siempre recibimos, es que no tenemos reconocimiento jurídico y por qué lo tanto nuestra iglesia no estaba  autorizada  para trabajar en Cuba.
Afirma  Guillermo, que para el gobierno es fácil mantener una iglesia fuera de la ley pues  de esa forma la puede  neutralizar.
“Es por eso que hacemos  esta denuncia, para que la opinión pública nacional e internacional  vea que en Cuba  no hay libertad religiosa”.
“Nos estamos reuniendo en una  casa del municipio San Miguel del Padrón, donde estudiamos la palabra de Dios  todos los domingos a partir de las escrituras de nuestro fundador, Emmanuel Swedenborg.
Emmanuel Swedenborg (1688-1772) fue un científico sueco el cual afirmó que en el año  1743  tuvo una aparición de Dios. El cual le ordenó escribir los secretos que le fueran revelados.

Por Mario Hechavarria Driggs


miércoles, 6 de enero de 2016

Una sola letra del año por vez primera en Cuba.

1. Estallidos migratorios.
2. Incremento de las inversiones extranjeras
3. Apertura de los convenios y encuentro entre países
4. Estallidos sociales provocados por la desesperación.

La Asociación Cultural Yoruba de Cuba (ACYC), consiguió unificar la proclamación de la siempre esperada Letra del Año en este 2016, eliminando una dualidad considerada “una locura”, al decir de varios Babalawos opinantes en la propia sede de la institución, ubicada en el Paseo del Prado de La Habana.
Hasta el pasado 2015, los fieles del principal sistema sincrético religioso cubano optaban entre la llamada predicción “oficial” de la ACYC y un cónclave tradicional de larga data, celebrado en la popularmente conocida Casona de Diez de Octubre, referencia al barrio capitalino de ese nombre.
Dos de los sacerdotes de Ifá, presentes en la sociedad del Paseo del Prado coincidieron al decir: “Es un paso de avance, se confirma una sola letra por vez  primera, eliminando la dualidad que tenía desvariada a la gente.”
El desatino apunta al choque dilatado entre los oficialistas y los defensores de una cultura vilipendiada durante décadas por el ateísmo marxista, ligado al racismo solapado vigente en Cuba.
La historia dice que desde finales del siglo XIX se efectuaban ceremonias con el objetivo de indicar a cada casa (agrupación bajo el liderazgo de un mayor en la tradición), Ilé en lengua Yoruba, las predicciones básicas que orientan sus caminos, y ceremonias, durante el nuevo año.
Claribel, santera ordenada hace una década, opina: “«La Casona» es legítima, está fuera del turismo y el comercio, allí siguen la norma antigua, los preceptos originales de los Babalawos fundadores: El Obara Meyi Adhesina, Remigio Herrera y, no se me olvida, el Odika Febles. Ellos no estaban comprometidos con nadie.”
“Nadie” puede visualizarse en el magnífico edificio de tres pisos que cedió el estado a la nueva Asociación, donde prima lo comercial: una tienda de objetos religiosos, incluye boutique de ropas; museo al precio de 5 CUC por cada visitante extranjero y, hasta información a los asociados sobre facilidades para VISAS, si viajan al exterior.
La Letra unificada, dicha desde la Asociación Cultural Yoruba de Cuba, significa el triunfo del oficialismo sobre la independencia hasta ayer existente en el complicado universo de los líderes del sincretismo originado entre los esclavos provenientes del África subsahariana.
Prebendas de por medio, justificadas por una sensatez sospechosa, escudada en la “unidad”, al cabo de los años se imponen los que aplauden al  Partido Comunista de Cuba.


Por Mario Hechavarria Driggs.