miércoles, 1 de marzo de 2017

Viva la papa socialista

La llamada primera vuelta en la venta normada de la papa, bajo control estatal, ha concluido en la capital cubana. Pasados cuatro días este lunes 27 de febrero, los mercados cerraron temprano, agotadas las existencias del producto en tanto la población, si bien apoya la decisión de establecer una cuota por persona, se queja de la mala calidad del tubérculo.
En ningún momento desaparecieron las colas frente a los mercados agropecuarios estatales (MAE), seleccionados para la comercialización, inclusive hubo consumidores que renunciaron a comprar al comprobar el tamaño de la vianda:
¿Papas? Si eso es lo que nos toca vamos a terminar comprándolas a sobre precio en la calle”, comenta un hombre cuyo núcleo familiar cuenta de 3 personas—12 libras en total—, correspondiente a la bodega 631 del barrio Los Sitios: “Esperé al cuarto día porque no soporto las colas—nos dice y sigue hablando—, era como para rechazarlas pero ya estaban anotadas en la libreta, aquí es siempre lo mismo, lo tomas o lo dejas.”
En la mañana, el administrador del MAE ubicado en Manrique, entre Reina y Salud, advirtió a los presentes de la mala calidad de las papas, tan pequeñas que parecían ciruelas, sin embargo, los que llegaron antes o después de su breve intervención pública fueron sorprendidos cuando el hecho estaba consumado, es decir, la anotación en su libreta antes de ver y comprar.
Respondiendo a una queja, “El Coronel”, así le llaman, explica: “El estado me acepta hasta 200 libras de merma por mala calidad, tengo más de 600 en el almacén y, ¿quién paga la diferencia?”, concluye el citado responsable de la comercialización de la vianda más consumida en el mundo.
La conclusión es sencilla, pagaron los consumidores al llevarse a sus casas cientos de libras de supuestas papas que un vendedor ambulante, experto en la materia, clasificó como “Papas para semillas”.
Coincidente, Luis Carlos Góngora Hernández, vicepresidente del gobierno habanero, con la ambigüedad típica de la burocracia socialista, abordó el asunto en el periódico provincial Tribuna de La Habana: “La papa que se comercializa hasta inicios de marzo es la obtenida a partir de la semilla nacional, que reúne los parámetros de calidad requeridos, pero es de tamaño menor.”
¿Habría que ver las papas que el citado “dirigente” llevó a su casa y compararlas con las vendidas al consumidor de la bodega 631, quien ofreció la opción de fotografiar sus doce libras, de las cuales apenas salvó 4, ligeramente comestibles:
La foto publicada por el semanario capitalino no difiere mucho de la aquí mostrada en cuanto al tamaño de los tubérculos.
Así y todo el centro-occidente del país es privilegiado con este regalo del comunismo porque al comenzar las ventas el pasado viernes, Yosvani Pupo Otero, funcionario del Ministerio de Comercio Interior a nivel central, aclaró que “La región oriental, desde Camagüey, no se beneficiará de esta venta controlada ante la falta de transporte especializado para el traslado del producto.”
Según estadísticas oficiales se trata de unos 4 millones 750 mil cubanos— 6 provincias—que no comerán papa por decisión gubernamental.
Como siempre, florecerá el mercado negro porque al decir de muchos, entre ellos el joven fotografiado mientras rellenada con gas su fosforera: “Si las quieres buenas, cómpralas al triple de precio en la calle, darás 3 pesos por libra pero serán las grandes, que ellos—dependientes y administrativos—escogieron de los sacos acabaditos de llegar.”
Queda el asunto de la insólita exportación familiar hacia las provincias que no fueron premiadas con la distribución, La Habana es ciudad de inmigrantes, muchos residentes tratarán de enviar papas a sus familias, lo que significa saltar nuevos obstáculos impuestos por las autoridades a tales remesas en especie, consecuencia de las caprichosas decisiones del autoritarismo vigente.
Recordando un viejo refrán español, pues ¡Que viva la Pepa, digo, la papa socialista!

Por Mario Hechavarria Driggs


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