La
mañana del jueves 16 de agosto ocupó sobre manera a la
policía en los municipios capitalinos de Centro Habana y La Habana
Vieja, donde un operativo dejó el resultado preliminar de unos 25
vehículos para el transporte de personas con tracción humana al
estilo de las bicicletas, decomisados por las autoridades, además de
una veintena de conductores detenidos, aplicándoles multas de mil
500 pesos moneda nacional como promedio a cada poseedor de tales
equipos.
Los
policías actuaron a lo largo de la concurrida calzada de Monte,
oficialmente nombrada Máximo Gómez, específicamente en las
transversales donde los llamados bicitaxeros se ubican a la espera de
clientes. Entre otras calles, la operación se detuvo en Factoría y
Cárdenas respectivamente, donde se apreciaron a varios de los
improvisados choferes esposados, con la obligación de subir a los
camiones que habrían de llevarlos hasta la estación designada al
efecto.
Un
testigo presencial, Luis Farret Alonso confirmó la existencia de
alrededor de 30 bicitaxis en el patio de la Unidad de Cuba y Chacón,
Habana Vieja, en tanto al indagarse sobre las causas de esta
arremetida contra los peculiares transportistas, uno de ellos,
evidentemente pidió el anonimato, declaró: “Nos impiden transitar
por la calzada, tampoco por otras avenidas, así es imposible
trabajar, se reduce la clientela, sobre todo los turistas que son
quiénes salvan el día.”
Otras
prohibiciones son la exclusión de los conductores radicados en los
demás municipios de la ciudad, así como que quien maneja el ciclo
debe ser la misma persona registrada con una licencia operativa para
ejercer esta actividad contemplada en el reglamente de Trabajo por
Cuenta Propia. El respecto se confirmó el retiro de un número no
precisado de tales documentos junto con el decomiso de los vehículos.
Los
muy populares bicitaxeros son objeto de la restricciones a su labor
desde hace largo tiempo, lo que ha originado protestas masivas, entre
otras una de ellas reunió a decenas de tales transportistas
marchando hasta la simbólica Plaza de la Revolución, donde hace más
de un año plantearon sus inconformidades ante los edificios que
acogen a las principales instancias de gobierno del país.
La
continua represión contra los bicitaxeros no es un caso aislado si
del transporte privado se trata, también alcanzó notas elevadas al
regular precios y rutas entre otras prácticas tratándose de los
taxis particulares, los conocidos boteros, cuya incidencia en el
servicio diario para pasajeros ha disminuido notablemente dentro de
la capital cubana.
Andan
preocupados los que ejercen otras variantes de transporte por cuenta
propia, como los tradicionales coches halados por caballos, pues les
aplican normas similares en muchos casos a las de los bicitaxeros,
reduciendo al mínimo sus posibilidades de brindar un servicio útil
en la ciudad.
Por Mario Hechavarria Driggs