miércoles, 12 de noviembre de 2014

Cerveza dispensada y la gorda Lala.

La policía realizó en la noche del sábado una redada contra las  prostitutas de la esquina Monte y Belascoaín, donde está ubicado   el bar-cafetería “La 2da Estrella”, calificado como uno de los puntos de concentración del comercio sexual en La Habana.
Cerca de diez mujeres fueron conducidas hacia  la estación, sin mayores contratiempos porque, al decir de la “gorda Lala”, la más “solicitada” de  la esquina:” No tienen pruebas contra nosotras, yo vengo por mi cerveza dispensada, si un hombre, me paga dos jarras y después nos vamos a un cuarto, ¿A quién le importa eso?”
Ahora la cerveza dispensada-Draft  beer-es aliada circunstancial de estas mujeres, dedicadas al oficio más antiguo del mundo, que ejercen en  moneda nacional, desplazándose de bar en bar, huyéndole al acoso policial.
Después del operativo policial, las chicas, vuelven a las calles. Lala reitera: “yo mantengo mi casa, mi hijo…, cuando esto no de más, me dedico a otra cosa con el dinero ahorrado. Ahora hay que  cuidarse de los “metas”-(policías vestidos de civil).”
La calle monte es famosa por el comercio sexual, empezando por  la esquina  de Monte y Cienfuegos, donde el mercado se diversifica con la presencia de extranjeros, dada su cercanía al casco histórico de la ciudad, principal polo turístico de la ciudad.
Los precios varían de acuerdo a las especialidades y la cotización fijada por cada muchacha, dado sus atractivos y habilidades,  comenzando por  un  peso convertible  si es sexo oral, hasta mucho más, si lo que se quiere es el libro completo del Kama Sutra.
La verdad es que no hay consenso en cuanto al tratamiento de la prostitución, porque las autoridades atacan por un lado, mientras Mariela Castro Espín, hija de nuestro  general presidente  y líder del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), visitó meses atrás el célebre barrio rojo de Ámsterdam, donde declaró sin ambages que era normal si una mujer le pagaba al fontanero con el sexo por repararle el baño de su casa.
Por ahora el comercio sexual  en la capital  divide a las prostitutas, las más arriesgadas buscan buenos precios en las zonas turísticas, y las que prefieren un ingreso diario menor, pagado por sus coterráneos, como la “gorda Lala” bebiendo cervezas dispensadas en los bares de la ciudad.

Por Mario Hechavarria Driggs, periodista independiente.


No hay comentarios:

Publicar un comentario