miércoles, 5 de noviembre de 2014

La censura acompaña a la dramática situación del país.

Hace unos días fallecieron cuatro personas al contraer Cólera en un comedor del   barrio  Jesús  María en  la  Habana Vieja. Otros cinco muertos fueron el resultado de un derrumbe ocurrido en la esquina de las calles 41 y 51 en el municipio Playa de esta capital. En el municipio Centro Habana, se detectaron varios casos de tuberculosis en un edificio del llamado barrio Colon con una persona fallecida.
Ahora  fueron suspendidos varios partidos del campeonato nacional de Beisbol, debido a sorpresivos brotes diarreicos. Aunque en general no hubo alusiones al Cólera, al menos dos miembros del equipo Granma dieron positivo respecto a la enfermedad. Los primeros casos de Cólera en la isla fueron reportados en la mencionada provincia.
Cuba se encuentra bajo el azote de varias epidemias: además del Cólera, hay Dengue,  tuberculosis, cobrando vidas entre la población, mientras la prensa oficialista se limita a guardar silencio. Ofreciendo a través de los medios  una imagen irreal y triunfalista. Aquí  no pasa nada,  todo esta OK.
El contingente enviado a combatir al Ébola tuvo su primera baja. La “nota oficial” niega rotundamente cualquier relación con la pandemia altamente contagiosa, aludiendo a complicaciones vinculadas al Paludismo. Casi nadie cree semejante explicación.
Varios médicos negados a incorporarse a la agrupación enviada a la región subsahariana, declararon sobre la obligación de aceptar el no volver a su país si contraen Ébola, inclusive en caso de muerte.
De lo anterior, así como de las cláusulas del contrato, especialmente cuánto les quita el estado a los médicos de la cifra pagada por tan riesgoso empeño, nada dice la prensa oficial.
Todo lo contrario, varios periodistas, entre ellos el renombrado Reynaldo Taladrid, aprovechan el monopolio estatal sobre los medios de difusión para  blasfemar  contra el periodismo independiente.
El citado reportero atacó a la agencia Hablemos Press, cuyos profesionales, bajo la represión gubernamental, denuncian los desmanes del sistema autoritario vigente.
Sencillamente hay quiénes se niegan a ser cómplices de la censura que acompaña  la  realidad cubana.


Por Mario Hechavarria Driggs, periodista independiente.

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