El entrevistado se
nombra Malvino Maldonado Iglesias,
excepto su desafortunado nombre, se trata de un testimonio múltiple
rigurosamente cierto, ocurrido en la mañana del
pasado 5 de Diciembre del
presente 2016.
“Mi experiencia con hospitales y policlínicas es larga,
en lo personal la mala suerte comenzó
cuando caí del andamio pintando mi casa. Me fracturé la Tibia y el Peroné,
pierna derecha. De entrada tres meses inmovilizado con yeso desde el pie hasta
la ingle.”
¿En Cuba la salud
es gratis, nada te cobraron por las consultas, la ambulancia, los tratamientos?
“Hasta cierto punto es así, pero la verdad es otra, el accidente fue al
caer la tarde, llegué al hospital ortopédico Fructuoso Rodríguez casi a las
doce de la noche. Ni taxi ni ambulancia, finalmente capturamos un "cinco cinco”, —taxis así llamados por
los seis números repetidos del teléfono habilitado por la empresa—, que nos llevó por
cinco CUC que ofreció mi hermano Andrés.”
¿Qué
sucedió después?
“Ando sacando cuentas y el cinco me persigue, aunque hay
números mayores. Cerca de la una de esa madrugada, enyesado, debíamos regresar
a casa, con remisión al siguiente día para otro hospital donde determinarían si
habría operación.”
¿Ambulancia?
“Aparecieron algunas, pero la remisión del médico parecía
no importarles a los choferes, terminamos transando por otros “cinco”, igual a
dólares, entonces la familia completa
volvió conmigo, yo en camilla, bien atendido.”
¿Cobrar
a pacientes en apuros es normal?
“Es común, recuerdo la fase terminal de la demencia senil que padeció mi papá. Una
mañana en el hospital Freyre de Andrade, antiguo "Emergencias", el médico de guardia,
llamado Ignacio Linares , recomienda regresar al padre a casa porque nada
efectivo podía hacer por él. Necesitaba
la radiografía de sus pulmones para cerrar la historia clínica.”
¿Le cobraron el
servicio?
“No directamente, pero
faltaba la camilla para trasladar al viejo hasta el salón de rayos X,
angustiado, localizo una en la entrada de urgencias, estaba prohibido
formalmente moverla de allí, sin embargo, la inevitable propina de 1 CUC determinó
que el enfermero de la sala llamado “Molina”, asistido por mí, usara la camilla.”
Lamentablemente tu
padre falleció, volvemos a tus posteriores avatares. Malvino interrumpe:
“Lo mismo sucedió conmigo en el Calixto García un sábado
de carnavales en La Habana. Nunca olvido al joven camillero que me ayudó cuando
bajé del carro. Ni siquiera querían hacerme la radiografía de la pierna porque
según la muchacha del salón—estaban solo para gravedades—, el muchacho colocó
las tablillas como todo un experto. No me abandonó hasta montarme en el auto de
vuelta. Bien ganado su dinero esta vez.”
¿Más de lo mismo?
“Al cabo del tiempo vienen las fisioterapias, eran 50
pesos cubanos (CUP) ó dos CUC al cambio
por el ida y regreso al gimnasio médico, donde practiqué ejercicios junto a
tratamientos de electricidad. Terminé contratando informalmente a una
fisioterapeuta por mil pesos, recibiendo atención en casa. Ahorré 500, me quité
la espera en la policlínica, las meriendas ocasionales al personal de salud y
otros gastos menores.”
¿Feliz a pesar de
todo?
“El primer diagnóstico resultó cierto en cuanto a la
fractura, obvió rupturas en los ligamentos alrededor de la rodilla. Eso lo supe
más tarde cuando una amistad me consiguió otra consulta. Nuevos regalos que suman
pesos y más pesos, basta con una merienda de jamón, queso, pan y refresco, para
gastarse una pequeña fortuna.”
¿Algún recuerdo
especial, digamos, la tapa al pomo?
“Sucedió el año pasado, nada tiene que ver con la salud
de las personas, pero conociendo yo los hospitales, mi vecina Carmen Patricia,
viene a verme asustada porque su perrito fue arrollado. El veterinario exigía
la radiografía, la cual se pudo realizar
en el hospital “Emergencias”, no digo el
nombre del técnico porque Carmen Patricia pagó 10 CUC, fue un acuerdo fuera de
las reglas.”
¿Cómo
resolvieron el problema?
“Escondieron al animalito en una jaba grande. La muchacha
salió disparada hacia la clínica de los perros con la placa.”
¿Enseñanzas?
“Estoy a la espera de una operación para enderezar mi
pierna derecha. Ando sumando cifras, mejor
sería un salario decente, así decidiría yo mismo, no la miseria de 500 pesos de
salario mensual—CUP— y vérmelas con tantos gastos que acompañan a esta medicina
gratuita.”
Por Mario Hechavarria Driggs
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