viernes, 17 de octubre de 2014

La crisis de los cigarrillos, otra crisis más esperando la crisis definitiva.

Los cigarrillos fuertes andan perdidos en  La Habana, vendiéndose a la noche hasta al doble de su precio oficial. Se trata de la última manifestación palpable del desastre  económico, caracterizado por la sucesión de micro crisis localizadas, temporales, pero repetidas, capaces de mantener a la población en permanente tensión.
Una inspección directa realizada a cinco establecimientos de Centro Habana al caer la tarde de ayer, demostró que no habían cigarrillos fuertes en venta a la población, Criollos es la marca más popular del país, ofertada normalmente a 7 pesos moneda nacional por cajetilla de 20 unidades.
De igual manera se comprobó la desaparición del comercio minorista de los famosos H’Upman, también de producción nacional pero comercializados en divisas, clasificados como “fuertes” por los fumadores. Otras clases similares aparecen y desaparecen de vez en cuando, lo que hace difícil determinar su presencia en el mercado diariamente.
Algunos establecimientos tenían en venta los “suaves” o “rubios”, cuya identificación comercial es Aromas, en tanto tal vez era posible adquirir algún remanente del “fuerte” nombrado Titanes, generalmente  despreciado por los clientes al estar manchados, húmedos y hasta aplastados debido al prolongado almacenamiento por el largo tiempo sin ser vendidos.
Desde hace unos días, cada mañana es posible detectar a oportunistas comerciantes comprando  las “ruedas” de Criollos, paquetes de a diez cajetillas, conociendo la evidencia de su agotamiento posterior, para revenderlas a la noche al dedillo con un precio evaluado hasta el doble del legal.
La nueva crisis forma parte de una cadena interminable de micro crisis localizables, típicas del comercio minorista nacional y en general de los servicios, siempre afectando áreas sensibles de la vida diaria, por ejemplo, la transportación de pasajeros, las telecomunicaciones o simplemente el tomarse una refrescante cerveza en medio del calor tropical.
Los autobuses colectivos han reducido a la mitad su parque original, importando de China, al carecer de los repuestos básicos, cuyo contrato de reposición fue olvidado por los funcionarios adjuntos al ministro de turno en el ramo, ocasionando ahora la congestión de los flamantes Yutongs, cuya entrada en la Isla fue vista como el fin de nuestras desgracias, al menos en tan significativa esfera de la economía.
Debemos agregar el renacer de los apagones, cortes del fluido eléctrico, generalmente fuera de las zonas turísticas o de los barrios residenciales, donde vive la élite que controla el poder en Cuba.
Es interesante remarcar la frecuencia creciente de estas crisis parciales, luego “resueltas” en apariencia para volver a surgir más tarde, provocando una sensación de agobio en la población, sin por el momento alcanzar la condición de una crisis generalizada.
Acostumbrada a un largo ejercicio de sobrevivencia, la clase gobernante apela a su monopolio sobre la economía y los medios de difusión, consiguiendo soluciones parciales y explicaciones paliativas ante la infinidad de problemas definitivamente insolubles que hoy caracterizan la vida socio económica del país.


Mario Hechavarria Driggs, periodista independiente.

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