miércoles, 26 de febrero de 2014

Un Coronel pide ayuda en Iglesia Habanera

Un  jubilado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias  pide limosnas en las puertas de la Catedral de la Habana porque según afirma, su jubilación  no le alcanza para vivir.
 Ramón Medina Criollo se retiró de las FAR  en el año 2002 con el grado de teniente coronel. Cumplió misiones internacionalistas en tierras de Angola y  Etiopia y recibe una pensión  de  350 pesos mensuales  equivalentes a  14 pesos convertibles.
¨Mi retiro es una mierda, no me alcanza  para  comprarme  un pantalón ¨ .¨El dinero se me va en comida  y me dura una semana.¨ Tengo que pedir dinero para vivir y la vida está muy dura¨. Se lamenta Ramón
 ¨El coronel¨ como le llaman sus amigos,  visita  todos los domingos la  Catedral de la Habana  para  sentarse en unas de sus puertas y pedir dinero con una jícara en la mano.  Algunos turistas  le regalan   monedas  y  pesos convertibles  que luego  las   cambia en un  Banco cercano.
¨Una vez un  Yuma (norteamericano)  me regaló veinte  fulas (dólares) ¨.   ¨Ese es el mejor turismo el de los yumas¨. Dice Ramón  ¨Al cura  no le gusta que  pidan  dinero,  te   llama  la policía,  pero  si tu sueltas  uno o dos fulas  los guardias  te dejan tranquilo y el cura también¨.
Junto con  Ramón   se sientan  otros  ciudadanos en  el mismo estado de indigencia.  Indagar sobre el pasado  de estas personas es interesante:
Silverio Portales ex atleta del equipo provincial de boxeo,  ahora vendedor ambulante de Ron casero, conocido como Chispaetren y adicto a los psicofármacos.
Carmen María fue trabajadora  de  playa Varadero,  ella es adicta al crack o Piedra.  Esta  droga se  elabora con agua, cocaína y bicarbonato de sodio,  su consumo ha crecido en la capital. Carmen  se prostituye  para comprarla  a  10 pesos convertibles.
Guillermo  combatiente de la guerra de Angola, hundido en el alcohol pide limosnas por las calles para alimentar su vicio, su  familia no lo soporta,  no quiere saber de él.
  La lista es larga y diversa. Basta un análisis caso a caso para corroborarla, anteriormente tal fenómeno no era visible en nuestra ciudad.
¿Qué pudo sucederle a seres humanos trabajadores, responsables, llenos de vida, para terminar de tal manera su existencia?
 Nuestros indigentes  son víctimas, representan a los inadaptados ante la difícil situación  que vive hoy Cuba.

 Por Mario Hechavarria Driggs, periodista Independiente

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