La
policía realizó en la noche del sábado una redada contra las prostitutas de la esquina Monte y Belascoaín,
donde está ubicado el bar-cafetería “La 2da Estrella”, calificado
como uno de los puntos de concentración del comercio sexual en La Habana.
Cerca
de diez mujeres fueron conducidas hacia la estación, sin mayores contratiempos porque,
al decir de la “gorda Lala”, la más “solicitada” de la esquina:” No tienen pruebas contra nosotras,
yo vengo por mi cerveza dispensada, si un hombre, me paga dos jarras y después
nos vamos a un cuarto, ¿A quién le importa eso?”
Ahora
la cerveza dispensada-Draft beer-es
aliada circunstancial de estas mujeres, dedicadas al oficio más antiguo del mundo,
que ejercen en moneda nacional,
desplazándose de bar en bar, huyéndole al acoso policial.
Después
del operativo policial, las chicas, vuelven a las calles. Lala reitera: “yo
mantengo mi casa, mi hijo…, cuando esto no de más, me dedico a otra cosa con el
dinero ahorrado. Ahora hay que cuidarse
de los “metas”-(policías vestidos de civil).”
La
calle monte es famosa por el comercio sexual, empezando por la esquina de Monte y Cienfuegos, donde el mercado se
diversifica con la presencia de extranjeros, dada su cercanía al casco
histórico de la ciudad, principal polo turístico de la ciudad.
Los
precios varían de acuerdo a las especialidades y la cotización fijada por cada
muchacha, dado sus atractivos y habilidades,
comenzando por un peso convertible si es sexo oral, hasta mucho más, si lo que se
quiere es el libro completo del Kama Sutra.
La
verdad es que no hay consenso en cuanto al tratamiento de la prostitución,
porque las autoridades atacan por un lado, mientras Mariela Castro Espín, hija
de nuestro general presidente y líder del Centro Nacional de Educación
Sexual (CENESEX), visitó meses atrás el célebre barrio rojo de Ámsterdam, donde
declaró sin ambages que era normal si una
mujer le pagaba al fontanero con el sexo por repararle el baño de su casa.
Por
ahora el comercio sexual en la capital divide a las prostitutas, las más arriesgadas
buscan buenos precios en las zonas turísticas, y las que prefieren un ingreso
diario menor, pagado por sus coterráneos, como la “gorda Lala” bebiendo
cervezas dispensadas en los bares de la ciudad.
Por Mario Hechavarria Driggs, periodista independiente.
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