Citan a jóvenes residentes
del municipio capitalino La Habana Vieja
para la estación de policía de la calle Dragones.
Las autoridades quieren conocer el por
qué no trabajan o estudian, y tambien analizar su comportamiento en la
sociedad, según información previa que ya tienen de los citados.
De no tener respuestas
claras, estos muchachos pudieran ser procesados por el delito de peligrosidad predelictiva,
la cual lleva una sanción entre dos y cuatro años de privación de libertad.
Carlos Manuel Figueroa
Álvarez, presidente del movimiento “La Antorcha Martiana”, denuncia que los
calabozos de la citada unidad están llenos de muchachos de toda la capital que van a ser llevados hacia los correccionales.
“La mayoría no pasa de los veinticinco años, muchos provienen de familias
disfuncionales o desafectas al proceso revolucionario”. Dice Figueroa Álvarez.
La Ley de Peligrosidad Social
Predelictiva del Código Penal (artículos 72 al 75) presupone la culpabilidad del ciudadano sin
haber cometido delito.
Para su aplicación se
cuenta con los llamados factores del lugar de residencia entre ellos, los militantes
del Partido Comunista, Unión de Jóvenes comunistas, Comité de Defensa de la
Revolución y el jefe de sector policial.
Estas personas son las encargadas
de confeccionar el
expediente de peligrosidad
social y presentarlo en los tribunales.
Por Mario Hechavarria Driggs, periodista independiente
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