miércoles, 21 de mayo de 2014

Mega puerto del Mariel: Estados Unidos tiene la sartén por el mango.

A favor del actual gobernante Raúl Castro está el llevar la retórica antinorteamericana a un plano mucho más bajo que su hermano y predecesor, aún así, a voz callada, los brasileños, principales inversores en el Mega puerto del Mariel, apuestan por una pragmática inglesa respecto a Cuba, pues realmente el gran negocio de los contenedores se fríe en una sartén cuyo mango manejan los norteamericanos.
Los analistas coinciden en la geografía excepcional de una isla antaño llamada con razón “la llave del golfo”, considerando que no hay otro puerto del Caribe capaz de competir con este del occidente cubano, frente a las costas del mayor mercado del planeta.
Sin embargo, no olvidar una máxima reconocida hasta por José Martí: el que paga manda. A 90 millas están los compradores, ligados a nosotros por esa geografía excepcional que se alude como factor de triunfo tratándose de un puerto capaz de trasbordar contenedores desde barcos postpanamax hacia cargueros menores, destinados finalmente a la costa occidental del gran vecino norteño.
Con unos mil millones de dólares brasileños, ofreciendo Cuba su mano de obra barata en calidad de incentivo mayor, El Mariel bien podría competir con otras opciones pues se adelanta al próximo año, cuando el nuevo canal de Panamá reciba buques porta contenedores tres veces superiores en su capacidad de carga a los que actualmente cruzan la vía ínter oceánica.
La pregunta es si los Estados Unidos desean o no invertir  en crear otros puertos capaces de competir con el cubano. Aunque el de la mayor isla antillana resulta tal vez el mejor en todos los sentidos, dependerá siempre de la benevolencia de Washington si finalmente puede operar eficazmente. Está sobrado que desde el norte siempre habrán  alternativas ante la impronta del Mariel.
Pero debemos recordar circunstancias especiales donde el capital suele olvidarse de los pobres, los derechos humanos y la palabra libertad, apostando por el dinero fácil. La Unión Europea abandonó de hecho su postura de fuerte rechazo a la sistemática violación de los derechos humanos en Cuba, regularizando sus relaciones comerciales con el archipiélago antillano.
Aunque desde Washington la respuesta es hasta ahora más firme, caben las dudas, pues hay claras tendencias a facilitar los negocios con la dictadura, considerando los beneficios: no hay sindicatos opositores y tampoco huelgas posibles; mano de obra barata a la par de obediente, agradeciendo las migajas adicionales que se ofrecerán excepcionalmente, cero competencia; en fin, negocio cerrado con un gobierno fuerte, capaz de controlarlo todo para beneplácito de los inversores.

Entonces, ¿Qué pretende Cuba?, tal vez una apuesta a la era Post Castro, considerando el inevitable camino hacia el capitalismo, aquí con la decisiva presencia del estado monopolista en las decisiones fundamentales, además del control de la burocracia sobre la economía del país.
El Mega puerto del Mariel puede ser considerado una iniciativa del actual gobierno, pensando en sus hijos y nietos, destinados a eternizarse en el poder como una élite, ofreciendo limosnas  al pueblo trabajador.
En los próximos años Cuba avanzará hacia un adormecimiento de los términos ideológicos en las cuestiones prácticas, apuntando por los negocios al estilo de la China “comunista”.
La nueva ley de inversiones no ofrece oportunidades a los cubanos viviendo en otras naciones, vendiéndole el país a los extranjeros, especialmente a los no norteamericanos.
Mientras tanto, los arrestos políticos no cesan, asegurándole a los inversores capitalistas que en esta nueva Zona Especial de Desarrollo Económico, no olviden las siglas: ZEDE, no hay tregua, aquí todo está bajo control.
Sólo nos queda esperar la respuesta de los Estados Unidos ante tanto oportunismo político.

  Por Mario Hechavarria Driggs, periodista Independiente

No hay comentarios:

Publicar un comentario