miércoles, 28 de agosto de 2013

La Santería cubana se multiplica.

La Habana está vistiéndose de blanco. Dicen que no hay dinero para comprar aceite de cocinar o jabón de baño, sin embargo, crece el número de personas cumplimentando el ritual de “hacerse santo”, blancos en sus ropas desde los zapatos hasta la gorra, la pamela o el turbante.

Hay tiendas especializadas en proporcionar todo lo necesario para realizar cualquier ceremonia de santería. El comercio abarca desde la ropa hasta un manojo de hojas de cualquiera de entre las muchas plantas necesarias en las ceremonias. La apertura del comercio privado estimuló este lucrativo negocio, floreciente al punto de crear cuadras enteras de tiendas, como sucede a un costado de la plaza de los Cuatro Caminos.

Otro particular incentivo es el turismo, con la natural curiosidad de los visitantes hacia cosas poco vistas en sus países de origen. Las ceremonias se pagan a precios en Pesos Convertibles (CUC), similares a dólares estadounidenses. Desde el ritual de iniciación, pasando por hacerse santo o llegar a la suprema dignidad de Babalao, reservada sólo a los varones,  los gastos para el interesado oscilan entre unos cientos y varios miles de CUC. Los nacionales afrontan precios igualmente altos si se tienen en cuenta las diferencias de ingresos.

Conocida como Regla de Ocha Ifá, esta religión cuenta con un Consejo de Sacerdotes Mayores (Babalaos), que se reune periódicamente, emitiendo diversos documentos, entre los cuales el más esperado es la llamada Letra del año. Se aprecia el interés por preservar el culto tal cual fuera trasmitido oralmente siglos atrás.

Los también llamados Olúos insisten en desestimar las querellas motivadas por variaciones en la práctica de los rituales, muchos y complicados a la vez. Es bueno recalcar que La Santería no cuenta con una estructura de poder, capaz de dictar cánones a sus dignatarios y devotos.

Significativamente, las preocupaciones de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba están lejos del tema monetario. En la propia sede de la institución los precios para visitar su museo son: 15 CUC para los extranjeros y cinco pesos moneda nacional a los cubanos. El Museo de la Revolución Cubana, entidad de su tipo emblemática en la nación, fija su entrada a los turistas en seis pesos Convertibles.

La Asociación Yoruba comulga plenamente con la política oficial, hecho ampliamente demostrado, entre muchas acciones, por su entusiasta participación en el cónclave convocado en abril de 2011 por el partido único que gobierna la nación, con el objetivo de consensuar una alianza de las agrupaciones religiosas y esa fuerza política en pos del futuro nacional. Únicamente la Iglesia Católica se negó a participar en la reunión.

No es posible censar el número de adeptos a La Santería en Cuba, pero al palpar la vida diaria se aprecia que tienen preferencia mayoritaria frente a los cristianos, católicos o protestantes, así como otras religiones practicadas entre nosotros.

Santeros y no Brujos, lo aclaro, recordando un artículo publicado años atrás por la revista del exilio Encuentro de la Cultura Cubana. Citando al investigador y sacerdote Ifá(babalao), Rómulo Latachañeré, este le enmienda la plana nada más y nada menos que a Don Fernando Ortiz, aclarando que la calificación de brujería responde a criterios despectivos, discriminatorios además, heredados del colonialismo español, determinados por los prejuicios católicos de entonces. Se trata, según Latachañeré, de la Religión de los Orichas, es decir, de Los Santos.

Tal parece que la crisis de valores en que vivimos, reconocida inclusive por el liderazgo político de la nación, favorece a los santeros, cuyas consultas aumentan en la preferencia popular. Crece la frecuencia de emigrantes cubanos que, antes de partir o durante su primera vuelta a la patria, acuden a la santería como acción de gracias o resguardo previo a la aventura.

Entre tanto, los Babalaos y demás categorías dentro de la escala encargada de ejecutar los rituales de la Regla de Ocha Ifá, dicen apartarse de la política, apoyan en lo sustancial al gobierno, aconsejando a sus fieles dedicarse a procurar el bien material y espiritual para ellos, sus familias y amigos.

La propia Letra del Año, oráculo que emite el Consejo Supremo de Sacerdotes de Ifá, está en sintonía con las preocupaciones estatales. Este año la profecía dice que gobierna Oricha Oko, emparentado en la tradición con San Isidro Labrador, patrón de los campesinos.

Los precios de los productos agrícolas crecen, la alimentación diaria constituye el trauma principal de los cubanos. Las reformas han comenzado en los campos, pero sus resultados están lejos de verse en la mesa de los hogares. Dicen los Babalaos: Un bien de Salud, escrito, firme en la tierra, que lo proporcionarán todos los Orichas.

Ojala sean palabras premonitorias que lleguen hasta la deidad suprema Yoruba Olodumare o Nuestro Señor Jesucristo. El pueblo cubano, a través de su religiosidad clama por su realización.

 Por Mario Hechavarria Driggs, periodista Independiente.




No hay comentarios:

Publicar un comentario