El jueves
en la mañana miembros de
la Unión Patriótica de Cuba,
UNPACU recibieron golpes y gritos de las llamadas Brigadas de Respuesta Rápida ubicadas
en el capitalino Parque Central.
En Santa
Clara fue confirmada la gravedad del preso político Yuriet Pedroso, quien se
mantiene por más de 50 días en huelga de hambre, internado en el hospital
provincial Arnaldo Milián de la ciudad.
El pasado domingo, luego de un acto de repudio
que incluyó mordidas a una de las damas de blanco, confirman la tendencia
creciente de aplicar el miedo como “gas paralizante” dentro de la sociedad
cubana.
La Comisión
Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), denunció un
repunte en los arrestos a opositores desde en enero, pasando por 492 al cierre de
febrero, alcanzando los 610 en marzo.
Abril parece mantener la nefasta tendencia, de acuerdo a los reportes parciales
conocidos.
Estamos
ante la variante directa de ejecución del gas paralizante llamado miedo, hay
otras más encubiertas, destinadas a una mayoría silenciosa incapaz de dar un paso adelante cuando se trata de
reclamar sus derechos pisoteados todos los días.
Los cubanos
carecen de conocimientos, incluso sobre las leyes del estado socialista, esas
que justamente violan y contra tales violaciones es posible establecer
demandas. Nada, les parece que existe un poder superior, por encima de
cualquier ley, capaz de aplastarlos sin reclamo alguno.
Tal poder
es real, aunque cada día son más los dispuestos a retarlo, aludiendo
simplemente al ordenamiento legal vigente que debiera ser respetado. El Mito
creado durante decenios por las autoridades actúa en calidad de gas
paralizante, es el Miedo.
La
contradicción es evidente cuando Granma publica declaraciones como la de Gladys
Bejerano, Contralora General de la República, al concluir la citada inspección
general al Ministerio de Comercio Interior: “Hay que participar más, ser
disciplinados no impide a cada cual decir su opinión, siempre que esté en
sintonía con la revolución.”
Sin embargo
la gente no se fía, “palabras son palabras”, así dice un trabajador del citado ministerio -yo no quiero perder mi
puesto de trabajo, poco o mucho, aquí
lucho lo mío:”
Es la otra
cara del Miedo, muchas personas, generalmente violando la ley, consiguen
ingresos diarios extras, calculan escapar a los inspectores o al menos
congeniar con ellos repartiendo ganancias, saben que de ser considerados
contestones, casi igual a disidentes, no habrá clemencia.
Es difícil
retar al gas paralizante, vapor mental entronizado durante medio siglo en el
cerebro de los cubanos, por otra parte, muchos coinciden con las recientes
declaraciones de Martha Beatriz Roque, hechas al portal web Diario de Cuba esta
semana: “Puede concluirse que la Seguridad del Estado no cambia sus viejos
métodos con los nuevos tiempos en la era Obama."
La
violencia directa, selectiva, tiene un aliado poderoso, masivo, El Miedo que
paraliza los justos reclamos de la sociedad.
Por Mario Hechavarria Driggs, periodista independiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario